Excursión al Cañón del Sumidero y a Chiapa del Corzo

Esa mañana decidimos dedicarla a hacer otra excursión de medio día, ya que por la tarde tenía visita con el doctor Lobato para ver los resultados de los cultivos. Por tanto, en nuestra visita a San Cristóbal de las Casas quedó descartada la excursión de un día a los lagos de Montebello y en su lugar nos decantamos por visitar el cañón del Sumidero.

Bela se encargó de contratar la excursión y a las nueve de la mañana nos vinieron a buscar para llevarnos allí. Para llegar hay que tomar la carretera en dirección a Tuxtla Gutiérrez y, mientras la furgo recorría las curvas, una espesa niebla lo cubrió todo, de tal manera que apenas se veía lo que teníamos a escasos metros (probablemente estábamos descendiendo y atravesamos una gran nube). El día anterior, mientras paseábamos por San Cristóbal, nos habíamos encontrado a la mujer anglohindú que conocimos en el autocar de camino a San Cristóbal y nos había explicado que ese día había visitado el cañón del Sumidero y había pasado mucho calor, por lo que nos recomendó que nos pusiéramos crema solar. Sin embargo, al llegar allí estaba nublado e incluso hacía un poco de fresco.

Cañón del sumidero México

El microbus nos dejó en el embarcadero de Cahuaré, nos dieron un chaleco salvavidas y embarcamos en la lancha. La excursión se puede hacer por libre. De la misma plaza de la catedral de San Cristóbal salen los colectivos hacia allí. Lo malo de ir por tu cuenta es que hace falta que llegue gente que también vaya sin grupo para llenar una lancha, ya que normalmente los grupos la llenan toda.

El cañón del Sumidero es una espectacular grieta en la tierra que en algunos puntos puede alcanzar los 1.000 metros de altura. En 1981 se finalizó la presa de Chicoasén, que hizo que las aguas subieran de nivel y, por lo tanto, se pudiera navegar por el río (antes sólo era un arroyo de montaña). El trayecto duró unas dos horas y el guía nos fue señalando formaciones imaginarias en la piedra y mostrando la vida animal del lugar: garzas, cormoranes y caimanes… o ¿cocodrilos? Pues sinceramente no lo recuerdo, lo que sí recuerdo son las bromas que nos hacía el guía en plan: «no saquéis los brazos o serviréis de comida» y tal… muy cachondo, el hombre.

Cañón del sumidero México

Lo que no me gustó fue la suciedad que había flotando por el cañón. Por lo que nos contaron, era la porquería que habían arrastrado las últimas lluvias y que lo estaban limpiando, pero me quedó la duda de saber si esto es siempre así o sólo a veces.

Cañón del Sumidero México

La verdad es que la excursión merece mucho la pena porque el cañón es espectacular, lo que quizás no merezca tanto la pena es visitar Chiapa del Corzo, población a la que te llevan después de visitar el cañón. En Chiapa del Corzo también se pueden contratar las lanchas para ir al cañón, pero si ya has visitado el cañón la verdad es que tiene poco que ofrecer, al menos en las dos horas que te dejan para visitar la ciudad, aparte de la fuente mudéjar, la plaza principal y la iglesia, o quizás sí que Chiapa del Corzo ofrecía innumerables atracciones al forastero, pero yo no fui capaz de apreciarlas porque hacía tantísima calor que notaba cómo me estaba deshidratando. Así que acudimos a refugiarnos en un bar hasta que pasaron las dos horas de libre albedrío que nos habían concedido.

Chiapa del Corzo

Al volver a subir a San Cristóbal de las Casas, todo volvió a la normalidad de los últimos días: cielo encapotado y una temperatura de unos 16 grados muy agradable. Fuimos a comer a un restaurante y, mientras yo me comía un pescado a la plancha, mi compañero se zampó unos tacos de pollo con chorizo. Bueno, sólo quedaban unas horas para saber el resultado, quizás no tenía nada grave y al día siguiente ya podía empezar a comer normalmente. Pero ¡ah, ilusa de mí! Cuando fuimos a ver al doctor Lobato, me dijo:

—Los resultados muestran que usted tiene una bacteria y una ameba, para solucionarlo, le daré dos antibióticos que tiene que tomar durante nueve días.
—¿Y qué tipo de alimentación tengo que llevar?
—Siga con la dieta hasta que acabe con los antibióticos.

Y en ese momento me di cuenta que iba a tener que seguir comiendo pollo a la plancha hasta justo el día después de volver a casa. Me entraron ganas de ponerme a llorar, pero en lugar de eso, fingí una aflicción un tanto cómica y le dije al doctor:

—Doctor, ¿puede usted creerse que esté en México y que sólo pueda comer pollo a la plancha y arroz hervido? ¡Esto debería estar penado!

San Cristobal de las casas

Al menos el serio doctor se rió un poco y me deseó que tuviéramos un buen viaje y nos rebajó el precio de la visita en un 50%. Al salir de allí, fuimos a la farmacia a comprar los antibióticos y me quedé alucinada al ver lo caros que eran. Cada caja me costó unos 40 euros y, como tuve que comprar dos, allí en un momento me dejé 80 euros del buen, menos mal que el seguro de viaje me cubrió los medicamentos y la visita.

Tacos con chorizo, Chiapas

Al salir de la consulta, fuimos a dar una vuelta por San Cristóbal. Esta vez nos dirigimos al mercado de artesanías cubierto, que venía a ser como el de la Plaza del Convento de Santo Domingo, aunque, no sé si por la hora, estaba desangelado. Delante del mercado encontramos una chocolatería que vendía chocolate de Chiapas y bombones. Les compramos una bolsa y estuvimos charlando un rato con el dependiente, que era argentino.

San Cristobal de las casas

De vuelta a casa de Bela, paramos en el mercado de artesanías al aire libre y compramos algunos recuerdos. Lo que más destacan son los collares hechos con semillas, los tapetes bordados y los objetos de cuero (ah, y los muñequitos de guerrilleros zapatistas).

Al llegar a casa, Tanya estaba con Jon, su amigo vasco, que tenía una historia increíble. Había trabajado deshuesando carne en un matadero hasta que un día se fue de vacaciones a México y no volvió a España. No era feliz, y dio el paso de cambiar su vida. Viajó durante un año por México y luego estuvo seis meses en Cuba. Al volver a España, quiso reorientar su vida hacia la sanidad y alguien le dijo: «Oye, cerca de Barcelona hay una universidad en la que entra todo el mundo» y a Vic se fue a estudiar Fisioterapia. Actualmente, trabaja en un hospital de Francia con unas condiciones laborales estupendas y estaba pasando sus dos meses de vacaciones en México.

San Cristobal de las casas

Es una de esas personas que te ilumina la existencia con sólo una charla. Nos invitaron a ir a cenar con un grupo de amigos, pero me dolía mucho la cabeza y a esas horas estaba desfallecida, así que me fui a la cama.

Datos de interés:
Excursión al cañón del Sumidero y Chiapa del Corzo: 225 pesos por persona (13,5 euros).
Kakao natura: calle Pedro Moreno, 2 A (al lado de la Iglesia de San Francisco).
Encontrarás más datos en la mini guía del viaje al sur de México. ¡No te la pierdas!

7 comentarios

  1. míriam 23 julio 2010
  2. Belle&Sebastian 23 julio 2010
  3. makavelik 23 julio 2010
  4. Isabel 23 julio 2010
  5. Carme (Mi nombre suena como el karma hindú) 25 julio 2010
  6. fan 26 julio 2010
  7. MO 1 agosto 2010

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