Excursión a El-Jem y a Mahdia

Alojarse en la zona más pija de toda la costa tunecina tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, que puedes toparte con algún taxista sin escrúpulos que va tras el dinero. Esa mañana, el taxista que nos llevaba a la estación de louage de Soussa decidió darnos una bonita vuelta pasando por todos los barrios del extrarradio de la ciudad para que la cuenta del taxímetro finalmente subiera a 8,5 dinares, casi el doble de lo que cuesta si se va por el camino más corto. Aun así, estas cosas no afectan a la moral del buen viajero y llegamos a El-Jem con muchas ganas de pasarlo bien.

El Jem Tunez

El-Jem está situada a una hora de Soussa y es famosa por tener el tercer anfiteatro más grande del mundo romano. En la época de César, la antigua Thysdrus era un pequeño pueblo comercial, pero en dos siglos rivalizó con Hadrumete (Soussa) por ser la segunda ciudad más importante después de Cartago. La riqueza de la ciudad vino gracias a las plantaciones de olivos y a la venta de aceite de oliva.

El Jem Tunez

Entre la riqueza aportada por el aceite de oliva y la megalomanía del procónsul de Ifriqiya (África) Gordiano, en Thysdrus se construyó el anfiteatro, capaz de albergar a más de 30 000 espectadores. El anfiteatro se erigió entre los años 230 y 238 d.C. y constaba de tres gradas que alcanzaban los 30 metros de altura. Hoy en día, están totalmente destruidas y solo queda una parte reconstruida para acoger festivales musicales, pero vale la pena subir hasta lo alto de las gradas para ver una buena panorámica del anfiteatro, que aún conserva la grandiosidad de antaño, y luego bajar a los pasillos inferiores donde se guardaban las bestias. De hecho, este lugar ha servido de escenario de rodajes de películas como Gladiator y de anuncios de marcas deportivas.

El Jem Tunez

Al ser una zona tan rica, florecieron muchas villas a sus alrededores. De esa época de esplendor tenemos una gran muestra en el museo arqueológico. Con la misma entrada del anfiteatro se tiene acceso al museo que alberga los mosaicos de casi una treintena de villas descubiertas por los alrededores de El-Jem. Después de visitar el anfiteatro, es recomendable acercarse al museo porque contiene unos mosaicos increíbles y muy bien conservados.

El Jem Tunez

No obstante, el esplendor de Thysdrus llegó a su fin cuando Gordiano decidió organizar una rebelión y proclamarse emperador. Esta arrogancia le salió muy cara, porque la rebelión fue aplastada rápidamente por el emperador Máximo.

El Jem Tunez

Tras la visita al museo, volvimos a la estación de louage, en pleno centro de la ciudad, para ir a pasar la tarde a Mahdia. Mientras esperábamos que se llenara el louage entablamos conversación con una chica que había tenido su día de prueba como profesora de gimnasia. Entre francés, inglés y algo de italiano entablamos una conversación superagradable mientras nos iba haciendo recomendaciones de lugares que visitar en este viaje o en siguientes. Llegamos a Mahdia en treinta minutos y fuimos andando hasta la medina, en la que nos plantamos en menos de un cuarto de hora.

El Jem Tunez

Mahdia es una pequeña población costera de muros blancos situada en una península que se adentra en el azul del Mediterráneo. Al estar rodeada por el mar, no necesita muralla, y es un sitio donde dar un paseo tranquilo y comer pescado fresco. Buscamos un restaurante que no fuera muy turístico y acabamos en el restaurante El Moez, un pequeño bar con manteles a cuadros blancos y azules donde sirven pescado del día a la parrilla por cinco dinares. Me pedí unas sardinas que estaban buenas, aunque se le fue el punto de cocción, y con ellas sirvieron unos platillos con ensaladas diversas para acompañar.

Mahdia Tunez

Tras la comida, salimos a dar un agradable paseo por el pueblo, apenas perturbado por algún que otro vendedor de especias y suvenires varios. No os preocupéis, porque la medina de Mahdia no tiene nada que ver con las de la costa turística y en ellas apenas se ven foráneos. Caminando por sus calles me dio la sensación de estar en alguna pequeña población del sur de España, solo que en Mahdia predomina el azul cielo de las ventanas y las puertas.

Mahdia Tunez

En el extremo de la península se encuentra el cementerio marino, una amalgama de tumbas blancas orientadas a la Meca que sobresalen entre el verde de la hierba y el azul turquesa del mar. Quizás la visita a Mahdia no fue del todo lo que esperábamos, pero nos pareció una bonita manera de cerrar nuestro día. Bueno, de hecho el día lo cerramos en el jacuzzi de talasoterapia del hotel, todo sea dicho.

Mahdia Tunez

Datos de interés:

1. Taxi del hotel en Port el Kantaoui a la estación de louages de Soussa: 8,5 dinares
2. Louage de Soussa a El-Jem: 4 dinares
3. Entrada anfiteatro El-Jem: 8 dinares
4. Louage de El-Jem a Mahdia: 2,4 dinares
5. Restaurante El Moez: pescado a la parrilla: 5 dinares
6. Louage Mahdia a Soussa: 3,5 dinares. También se puede ir en tren.
7. Taxi de la estación de louages de Soussa a Port el Kantaoui: 5 dinares.

9 comentarios

  1. Erik (Tierras Insolitas) 16 abril 2013
  2. Dany (Lega Traveler) 16 abril 2013
  3. Paco Piniella 17 abril 2013
  4. Paco Piniella 17 abril 2013
  5. José Carlos DS 17 abril 2013
  6. Fran Soler 19 abril 2013
  7. Lilian Clements 26 abril 2013
  8. Victor 20 mayo 2013

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