Safari en Etosha: de Anderson’s Gate a Von Lindequist Gate

Continúan los relatos del viaje de 15 días a Namibia por libre que hicimos en agosto de 2016. En esta jornada dejamos el hotel en Outjo para cruzar el parque nacional de Etosha: de Anderson’s Gate hasta Von Lindequist. ¡Vamos!

A las siete de la mañana ya estábamos en recepción listos para desayunar. El desayuno bufet del hotel estaba muy bien, incluso había queso del bueno, todo un lujo asiático en estos lares. Después de pagar la cena del día anterior nos pusimos en marcha. Teníamos 117 km hasta Anderson’s Gate para acceder a Etosha, un hora y media de viaje.

Ese día íbamos a recorrer Etosha de punta a punta: entraríamos por Anderson’s Gate y saldríamos por Von Lindequist para ir a dormir al Onguma Resort. Allí nos alojaríamos las dos siguientes noches. En el Tourist center el día anterior nos habían comentado que entre puerta y puerta se tardan unas tres horas sin paradas. Faltaba ver si se cumpliría esa previsión, pero lo que estaba claro es que había que llegar antes de las cinco y media porque a esa hora cierran la puerta del resort.

Safari Etosha

A las ocho y media llegamos a la puerta y volvimos a pedir en la garita que nos dejaran pasar, ya que teníamos los permisos pagados. Así nos ahorramos la cola de entrada. Poco antes de las nueve llegamos al campamento de Okaukuejo. Fuimos a la gasolinera para ajustar la presión de las ruedas para conducir por pista (2$+propina).

En lugar de ir directamente a Halali por la carretera principal, decidimos desviarnos por las charcas artificiales que hay cercanas a Okaukuejo. Nuevamente fuimos a Newbroni, pero apenas había actividad. Seguimos por Gemsbokvlakte, Olifanstab y Aus. En estas vimos un par de jirafas y un montón de kudus. Nos alegramos de verlos, ya que hasta entonces solo habían aparecido en el plato de la cena de la noche anterior.

Safari Etosha

Más tarde seguimos en dirección a Halali. Sobre las once llegamos a las charcas naturales de Charitsaub y Salvadora. Estas son muy bonitas porque están rodeadas de la típica vegetación de la sabana. Allí vimos una manada de cebras muy numerosa, la más grande que habíamos visto hasta la fecha. Luego pasamos cerca de la charca de Rietfonein y vimos muchos coches estacionados así que decidimos entrar a ver qué pasaba. ¡Y bingo! Una manada de diez elefantes con un par de crías estaban bebiendo de la charca. Esta también es una charca natural muy bonita, ya que tienes el verde de la hierba junto al agua y el dorado de la vegetación seca a los lados.

Safari Etosha

Más tarde llegamos al campamento de Halali e hicimos una parada técnica. Al reemprender el camino, nos fijamos en que la charca Helio quedaba muy cerca, así que tomamos el desvío. Sin embargo, el sendero está en muy mal estado y recorrerlo es una pesadilla. Además, no encontramos ni charca ni animales.

Después fuimos hasta el Etosha Lookout, un camino que se adentra en la depresión principal del parque y donde puedes ver un desierto plano sin vegetación ninguna prácticamente en 360º. Muy especial. Comprobamos que el suelo de la depresión tenía una tonalidad verdosa.

Safari Etosha

Luego seguimos en dirección al campamento de Namutoni. Por el camino nos topamos con una familia de elefantes que comía ramas justo al lado de la carretera (!). Más adelante nos desviamos para ver la charca de Batia, pero no había agua, aunque sí había manadas bastante grandes de ñus y cebras por los alrededores. Debían ser ya las 2 de la tarde.

Safari Etosha

Seguimos el camino. De repente, cerca de una bifurcación del camino captamos por el rabillo del ojo algo pardo que se movía entre la maleza ¡y no tenía la forma de ningún ciervo! Rápidamente paramos el coche y, escudriñando los arbustos, vimos en la lejanía un león tendido en el suelo con la cabeza en alto. Y más allá, otro.

Safari Etosha

Con el zoom a tope y muy emocionados

Por los alrededores había un grupo de jirafas, así que nos quedamos en silencio esperando a ver si sonaba la flauta y presenciábamos el espectáculo de la caza como en un documental de La 2. Parecía que los leones, o leonas, ya que no tenían melena, no estaban por la labor o ya tenían la barriga llena, porque se quedaron donde estaban, remoloneando. Avanzamos un poco con el coche pero no logramos verlas mejor ni ver a otros ejemplares. Aun así, nos quedamos muy satisfechos de haber visto a dos de estos grandes felinos, porque son muy difíciles de ver.

Safari Etosha

Seguimos el trayecto, ya emocionados por haber encontrado los leones. Ahora ya íbamos fijándonos en todos y cada uno de los arbustos del paisaje, esperando ver otros leones o, con suerte, un guepardo o una hiena. Aunque nos quemamos las pestañas a base de otear el terreno y escudriñar las ramas altas de los árboles, no vimos nada más y llegamos al campamento de Namutoni y salimos por la puerta de Von Lindequist a las 15:30 de la tarde.

Safari Etosha

Luego seguimos por la carretera fuera del parque hasta llegar al hotel-campamento Onguma Game Reserve, en el Tamboti Luxury Camp, una zona de acampada de lujito.

La entrada al Onguma Game Reserve esta a solo 500 metros de Etosha y desde allí al campamento hay otros 8 kilómetros por una carretera de pista. La zona de acampada está vallada, así que para acceder hay que pulsar un interruptor para que te abran la reja. Más que camping es glamping. Y es que en tu parcela tienes un módulo con baño, ducha y lavadero privados. Además, las parcelas están dispuestas de manera que hay mucha privacidad. La pega es que no hay mesa ni sillas donde sentarse a comer junto a la tienda.

Etosha Tamboti Camp

La zona común es muy chula, toda de diseño estilo safari luxury. Hay una piscina con hamacas (el agua es solo para valientes) y zona de bar-restaurante con chimenea y sofás muy cómodos. La zona de restaurante tiene una barra donde te puedes sentar a tomar algo con vistas a una charca. Pero la construcción del Tamboti Camp es muy reciente y los animales aún no saben aun que ahí hay agua. En esa zona hay internet, aunque como en todo el país, la velocidad no es muy buena.

Etosha Tamboti Camp

Esa noche cenamos en el restaurante un schnitzel de pollo (pollo rebozado) 150$ y una crepe rellena de compota de manzana (45$). Para cenar hay que reservar a mediodía y decir qué platos quieres. No te puedes presentar de improviso.

A las ocho y media ya estábamos en la tienda a punto de dormir. Había sido un día increíble. El día siguiente sería nuestro último día de safari en Etosha y lo queríamos aprovechar al máximo.

Etosha Tamboti Camp

Datos de interés

La entrada a Etosha vale 80 dólares namibios al día por persona más 10$ por vehículo. Para disfrutar Etosha al máximo es recomendable comprar el mapa oficial que se venden en las tiendas del parque. Cuesta 42$ namibios.

De Anderson’s gate hasta Von Lindquist se tardan unas tres horas si vas directo sin hacer paradas. Nosotros entramos a las 8:30 de la mañana y salimos a las 15:30.

Tamboti luxury camp: la parcela con baño y lavadero privado cuesta 200$ namibios por persona y noche.

Día de viaje: 8
Kilómetros recorridos: 331
Total de kilómetros recorridos en el viaje: 3644
Hora de entrada a Etosha: 8:30
Hora de salida de Etosha: 15:30
Gasolina gastada: 34,88 litros a 11,47$ (400$)
Pinchazos en ruta: 0

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