Rastreando rinocerontes en el santuario Khama y ruta a Maun

 El viaje a Botsuana continúa y en nuestro quinto día de viaje madrugamos para rastrear a pie el santuario y así acercarnos a los casi extintos rinocerontes. Más tarde, nos volvimos a poner en ruta para ir en coche hasta Maun, la puerta al delta del Okavango.

Tal y como habíamos quedado el día anterior, a las siete de la mañana nos vinieron a buscar los guías para rastrear a pie los rinocerontes del santuario. No había pasado buena noche, ya que las bromas sobre la peligrosidad de la actividad me quitaron un poco el sueño. ¿Realmente íbamos a hacer todo el safari a pie en busca de rinocerontes? Equipados con ropa de color «arbusto», nos subimos al camión para empezar el safari y descubrirlo.

Safari Khama Rhino Santuario

Rastreando los rinocerontes a pie

En noviembre, en Botsuana el sol sale a las cinco y media de la mañana, así que a las siete ya brillaba el sol totalmente y empezaba a hacer calorcillo. El Santuario Khama cubre una extensión de 4300 hectáreas del terreno arenoso del Kalahari y además de los rinocerontes, que han ido introduciendo desde su creación en 1992, cuenta con más de treinta especies de animales y más de 230 especies de aves, con lo que el safari fue muy entretenido. Especialmente cuando vimos cebras por primera vez, ya que en el viaje a Uganda no tuvimos la oportunidad de ver ninguna.

Safari Khama Rhino Santuario

¡Qué bonitas las cebras!

Mientras seguíamos avanzando también divisamos jirafas, que es uno de mis animales favoritos por lo bonitas y elegantes que son. También encontramos una tortuga leopardo, que forma parte de los llamados «Little five». Cuando se preparan safaris en África, todo el mundo espera ver los «Big five» o los cinco grandes, que son: el león, el elefante africano, el leopardo, el búfalo africano y el rinoceronte. Sin embargo, también existen pequeñas criaturas que también son preciosas de ver y que, a modo de chiste, se les llama los cinco pequeños. Estos son: la hormiga león, la musaraña elefante, la tortuga leopardo, el tejedor búfalo y el escarabajo rinoceronte.

Safari Khama Rhino Santuario

Uno de los Little Five: la tortuga leopardo

Tras un rato recorriendo el santuario y disfrutando de la fauna, llegamos a un punto en el que el conductor paró el coche. El guía había encontrado un rastro de rinocerontes, así que nos bajamos. Sacó un rifle enorme y lo cargó ante nuestros ojos. «Solo por si acaso, dispararía al cielo», nos dijo con una sonrisa. Antes de adentrarnos en los arbustos, fuera del camino, nos dieron varias indicaciones para evitar desgracias: debíamos avanzar en fila india, medio agazapados, tratando de hacer el menor ruido posible, así que cuidado con pisar ramas secas, y cuando el guía nos hiciera la señal de detenernos, teníamos que quedarnos quietos de inmediato. Tragamos saliva y nos internamos en terreno salvaje. El guía iba delante con el rifle, inspeccionando las huellas. Al cabo de un buen rato de tensión en silencio, hizo la señal y nos detuvimos en seco. «Mirad, hacia allí hay un rinoceronte», nos dijo mientras señalaba hacia unos arbustos lejanos. Y efectivamente, tras los arbustos se adivinaba una mancha gris que solo podía ser un rinoceronte. Estábamos a unos treinta o cuarenta metros de distancia. Luego el guía siguió adelante, para ver si podía encontrar un punto desde el que poder observar mejor al rinoceronte. Recogió un poco de arena del suelo y la dejó caer para saber la dirección del viento. Era preciso que el viento no soplara a nuestras espaldas, ya que entonces el viento llevaría nuestro olor al rinoceronte y nos descubriría. Dimos un amplio rodeo y nos situamos al otro lado. Allí agachados, casi aguantando la respiración para no hacer ruido, pudimos ver entre los arbustos una parte del rinoceronte echado en el suelo. El guía nos contó que no quería correr el riesgo de acercarnos más porque creía que el rinoceronte era una hembra con una cría y podía ser muy peligroso. Nos quedamos allí unos cinco minutos, observando, y luego volvimos al coche exactamente por el mismo camino que habíamos seguido.

Safari Khama Rhino Santuario

Entre los arbustos el rinoceronte tenía una cría

De nuevo en el coche, seguimos un rato más por los caminos por donde pueden ir los coches y, algo más tarde, divisamos un grupo de cuatro rinocerontes blancos adultos echados en el suelo. El conductor paró el coche y el guía bajó para inspeccionar las condiciones. Al ver que eran adecuadas, nos hizo una señal para que bajáramos. Los rinocerontes se hallaban a unos cien metros y nosotros nos acercamos un poco a pie para poderlos ver más de cerca. El viento soplaba en nuestra dirección, de modo que los rinocerontes no podían olernos bien. Poco a poco, nos fuimos acercando y pudimos ver los rinocerontes un poquito más cerca desde detrás de un arbusto, a una distancia prudencial. Aunque no podían olernos, vimos que poco a poco fueron haciéndose conscientes de nuestra presencia, porque se quedaron mirándonos, orientando las orejas en nuestra dirección. Y luego, uno a uno, se fueron levantando.

Safari Khama Rhino Santuario

Grupillo de rinocerontes

El rinoceronte blanco es uno de los animales terrestre más grandes, puede llegar a medir más de cuatro metros y se alimenta de hierba. Actualmente, junto con el rinoceronte negro, está en peligro de extinción por culpa de la caza furtiva, ya que en muchas culturas se cree que su cuerno tiene propiedades milagrosas. A pesar de que el rinoceronte casi se extinguió a principios del siglo XX y solo quedaban unos mil ejemplares en todo el mundo, la concienciación de la población, el control de las zonas habitadas y la recolocación ha propiciado que su número haya aumentado en la actualidad hasta aproximadamente más de 20 000 ejemplares. No obstante, las cifras están muy alejadas del millón de rinocerontes que se calcula había en África antes de la colonización del continente.

Safari Khama Rhino Santuario

Si os estáis preguntando si fue peligroso, en realidad estaba todo controlado y no tuvimos la sensación de estar corriendo un gran riesgo, ya que en todo momento seguimos las instrucciones del guía. Tras unos momentos observando el grupo de cuatro rinocerontes, decidimos volver poco a poco hasta el coche para proseguir con el safari.

Esta actividad se puede contratar con antelación en el santuario y se hace de forma privada, el coste es de 300 pulas por persona. Tras el rastreo, que duró hasta las nueve de la mañana, nos llevaron a la entrada principal donde teníamos el coche aparcado y pusimos rumbo a Maun, ciudad en el delta del Okavango.

Safari Khama Rhino Santuario

Estábamos a una distancia considerable. ¡No worries!

Desde el santuario de rinocerontes Khama hasta el delta del Okavango teníamos unas cinco horas de coche. El día anterior habíamos llenado el depósito en Palaype, con lo que pudimos poner rumbo directo y fue todo un acierto, porque en la zona del santuario no hay gasolineras cerca. De hecho, la primera que encontramos en ruta fue en la población de Mopipi, a unas tres horas del santuario. Allí paramos para comprar gasolina, estirar un poco las piernas y usar el baño.

A pesar de que las distancias entre núcleos habitados son bastante largas, en la carretera encontramos zonas de picnic en las que parar a tomar el aire, estirar las piernas y comer algo. Por eso es recomendable que cuando conduzcáis por Botsuana llevéis algunos tentempiés en el coche para que el camino no se os haga tan tedioso. Por el camino nos encontramos con un par de controles de carretera en los que nos pidieron el carnet de conducir, pero no nos hicieron bajar del coche o limpiarnos los zapatos, lo que sí pasa al salir de zonas con grandes concentraciones de vida salvaje.

Area picnic carreteras Botswana

Un pequeño picnic en medio del desierto de Kalahari

Al mediodía llegamos hasta Maun y lo primero que hicimos fue dirigirnos hasta el bed and breakfast que teníamos reservado para las cuatro noches siguientes. Es un pequeño hostal a las afueras de Maun con cabañas individuales con y sin baño propio. El hostal está a unos quince minutos en coche del centro de Maun, pero el centro de Maun es básicamente la zona cercana al aeropuerto, donde hay las gasolineras y los centros comerciales. Es muy práctico tener un coche para moverse por allí, aunque también es posible ir en taxi y los precios no son nada caros.

El Discovery B&B es genial y el trato familiar. Está regentado por René y Marije, una pareja de holandeses que viajaron hasta Botsuana como voluntarios y decidieron afincarse en el país. Lo mejor de René y Marije es que son unos viajeros apasionados que durante los meses de enero y febrero aprovechan para colgarse la mochila y viajar por el mundo. Ese espíritu viajero y su experiencia como usuarios de alojamientos hace que la experiencia en el Discovery B&B sea muy buena. Quizás la pega que tiene este alojamiento es que está a unos 400 metros de la carretera principal y el camino hasta allí es de pista de arena. No tuvimos problemas para ir con un coche que no fuera 4×4, pero no sé si se puede acceder con facilidad durante la época de lluvias.

 

Tras dejar nuestras cosas en el B&B, nos dirigimos al Old Bridge Backpackers que es el punto de encuentro mochilero de la zona. Este hostel cuenta con dormitorios y zonas de acampada, pero lo mejor de todo es que organiza las excursiones y los safaris más competitivos de la zona. En parte salen bien de precio porque es relativamente fácil encontrar compañeros de viaje para compartirlos. Además, tiene un bar-restaurante bastante bonito al lado del río, donde encontramos un buen ambiente.

Old Bridge Backpackers Maun

Una de las zonas de relax del Old Bridge Backpackers

Nuestro principal objetivo esa tarde era encontrar compañeros para compartir el vuelo panorámico por el delta del Okavango. Esta es la actividad estrella, aquella que no puedes dejar de hacer si vas al delta del Okavango, aunque es una de las más caras. Por suerte, no fue complicado encontrar compañeros y esa misma tarde acordamos con Terran, Sven, Monika y Dean compartir al día siguiente un vuelo panorámico por el delta del Okavango de una hora. ¡Genial porque lo íbamos a hacer por solo 670 pulas por persona!

Tras cenar una hamburguesa en el Old Bridge, regresamos a nuestro alojamiento antes de que anocheciera y poder ir a dormir pronto. Al día siguiente nos esperaba un día lleno de emociones.

Discovery B&B Maun

Un poco de relax delante del fuego antes de ir a dormir

Datos de interés:

1. Khama Rhino Sanctuary. Rhino Tracking: 300 pulas por persona.
2. Repostar gasolina sin plomo en Mopipi: 22 litros: 250 pulas
3. Discovery B&B. Chalet con baño incluido: 625 pulas, incluye desayuno pero no tiene wi-fi.
4. Old Bridge Backpackers: Hamburguesa con patatas: 50 pulas.



2 comentarios

  1. Míriam 3 diciembre 2013
  2. José Carlos DS 6 diciembre 2013

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