Relax en Vilamendhoo y llegada a Meeru Island

Seguimos con los relatos del viaje de 9 días a las Maldivas. En esta ocasión apuramos las últimas horas en la isla de Vilamendhoo antes de partir hacia la última isla de nuestro periplo: Meeru Island Resort.

Esa era nuestra última mañana en Vilamendhoo y sabíamos que un pedacito de nuestros corazones se quedaría allí. Así que, para despedirnos de la isla, nos levantamos nuevamente a las 5:30 am para hacer snorkel matutino.

Ese día fuimos hacia la parte norte de la isla que aún no habíamos explorado, así que anduvimos hasta la zona de las «water villas» y nos adentramos por una de las entradas señalizadas. En toda esa zona de la laguna hay flotadores y boyas redondas. Las boyas indican las zonas por las que una se puede adentrar en la laguna y los flotadores están dispuestos cada ciertos metros para poder apoyarte y descansar un poco. Es muy importante entrar y salir por la zona de las boyas, ya que toda la isla está rodeada de corales y es muy importante no dañarlos.

Relax en Vilamendhoo

Nos metimos en el agua y fue una pasada. Es un poco complicado describir todo lo que vimos. Había muchos bancos de peces de colores muy vivos que comían plancton alrededor de los corales. También vimos minitiburones. Estos suelen acercarse mucho a la orilla y se pueden ver desde la playa, pero no sufráis porque son inofensivos. Lo que nos dio un poco más de impresión fue el tiburón adulto que divisamos en lo profundo del mar. Solo se intuía su silueta a metros de profundidad, pero aun así era una imagen imponente.

Relax en Vilamendhoo

Seguimos nadando por el arrecife y vimos una tortuga. Era pequeña como la que habíamos visto el día anterior durante la excursión de las mantas raya y tortugas. Era muy bonita, pero en ese momento tenía la atención dividida porque unos metros más allá había una medusa y me preocupaba que la marea me llevara hacia ella. La medusa también era muy bonita porque tenía unos colores increíbles. Estuvimos en el agua poco más de una hora y decidimos salir antes de que picara más el sol. Al salir tuvimos que nadar bastante porque teníamos la corriente en contra. Hacer snorkel es una pasada, pero si no estáis físicamente preparados lo mejor es que lo hagáis con un guía del hotel para que este pendiente de vosotros y os indique por qué zonas entrar, salir y nadar sin dificultades.

Relax en Vilamendhoo

Tras desayunar nos fuimos a la «infinity pool» del hotel para pasar la mañana tranquilamente. Allí estuvimos todo el rato conversando con otros huéspedes del hotel que estaban haciendo sus séptimas vacaciones en Vilamendhoo. Nos dijeron que les encantaba y que cada año estaban deseando volver. La verdad es que el personal es tan atento y agradable y el paraje es tan de ensueño, que no me extraña. Además, nos explicaron que el hotel da un trato especial a los clientes que repiten como «upgrades» en las habitaciones o minutos extras en los masajes. ¡Tomamos nota!

Relax en Vilamendhoo

Tras comer en el buffet tocaba despedirse de la isla. A las tres salía nuestro hidroavión con destino a Malé y para trasladarnos más tarde a Meeru Resort, que iba a ser nuestra última parada en Maldivas.

Relax en Vilamendhoo

Al dirigirnos a la embarcación Is se puso a llorar. Vilamendhoo le había llegado tanto al corazón que no podía evitar emocionarse. De Vilamendhoo al aeropuerto de Malé son veinticinco minutos de vuelo panorámico. Ese día estaba bastante despejado y se podía ver las islas desde el avión. ¡Es tan bonito! Sinceramente recomiendo a todo el mundo que se aloje en un hotel al que se tenga que llegar en hidroavión porque el vuelo panorámico es una experiencia en las Maldivas que nadie debería perderse.

llegada a Meeru Island

A llegar a la terminal de hidroaviones, una encargada nos estaba esperando para llevarnos al transporte que nos dejaría en la terminal internacional. Y al llegar allí un representante de la cadena de resorts Crown & Champa nos llevó hasta el mostrador de la cadena y de allí al barco rápido que nos llevaría a Meeru. Una de las cosas que nos ha sorprendido muy positivamente de las Maldivas es lo organizado que está todo. En todo momento están pendientes de ti y hacen que tu estancia sea lo más agradable y cómoda posible desde el primer momento en el que bajas del avión.

llegada a Meeru Island

Del aeropuerto de Malé a Meeru resort hay 55 minutos en barca y durante el camino vimos delfines nadando y saltando a nuestro alrededor. Empezaba a caer el sol y la postal era muy bonita.

Llegamos al resort y nos dieron unos kurumba (cocos) de bienvenida. Hicimos el «check-in» y nos llevaron en boogie a nuestras habitaciones. Nos habían dado un «upgrade» en una «water villa» con jacuzzi y vistas a la puesta de sol. ¡Qué pasada! Mientras íbamos a nuestras habitaciones casi nos ponemos a llorar: era como un sueño hecho realidad. Lástima que Xavier no estaba conmigo en la suite, porque realmente era superromántica.

llegada a Meeru Island

Vimos la puesta de sol desde nuestro balcón e Is y Meritxell vinieron nadando desde su habitación a la nuestra para saludarnos. A las siete de la tarde hacían un «welcome drink» para los huéspedes repetidores. La verdad es que la cadena trata muy bien a los clientes y da un trato preferencial a todos aquellos que vuelven a visitarlos. Chapó por ellos.

llegada a Meeru Island

Esa noche era la noche maldiviana y en el buffet del restaurante había comida típica del país. Comí unas chapatis rellenas de atún, curry de verduras y ensalada de atún con coco rallado. Estaba todo superbueno, aunque el curry picaba un poco para mi gusto y eso que era no picante.

llegada a Meeru Island

Como era la noche maldiviana en el Bonthi Bar había Bodu Meru, es decir, los bailes tradicionales de Maldivas. Había una persona que iba explicando la música y los bailes que se hacían y también algunas costumbres locales. La verdad es que fue muy interesante y hasta me animé a salir a bailar.

llegada a Meeru Island

Tras la animación nocturna nos fuimos en boogie hasta nuestras habitaciones y en la costa vimos un montón de cangrejos en la arena. Era impresionante, nunca había visto tantos cangrejos y era muy gracioso ver cómo caminaban y cómo se movían por la orilla.

¡Realmente Maldivas tiene algo que engancha!

4 comentarios

  1. Claudia 1 junio 2017
    • Isabel & Xavier 2 junio 2017
  2. rb 8 febrero 2019
    • Isabel & Xavier 9 febrero 2019

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