Viajar a Botsuana en coche. Ruta de Johannesburgo a Serowe

Esa mañana teníamos una jornada de larga conducción por delante. Dejábamos atrás Johannesburgo para cruzar la frontera de Botsuana hasta la población de Serowe. A continuación describimos cómo fue conducir por Sudáfrica y cómo pasamos la frontera de Martin’s Drift en Botsuana.

El GPS nos indicaba que teníamos casi seis horas de viaje por delante, así que decidimos salir pronto de nuestro B&B en a las afueras de Sandton, Johannesburgo. Un poco más tarde de las seis y media arrancamos el coche y ya era de día. De hecho, ya empezaba a hacer bastante calor. Al conducir por Sudáfrica y Botsuana hay que tener muy en cuenta las horas de sol porque hay que evitar a toda costa conducir de noche. En noviembre, el sol salía a las cinco y media de la mañana y se ponía poco antes de las siete de la tarde.

Maletero preparado para la aventura

Al ser un lunes por la mañana, la autopista de entrada a Johannesburgo estaba bastante colapsada. Por suerte, nuestro alojamiento estaba a las afueras de Sandton y, al conducir en dirección a Pretoria, el tráfico era bastante fluido para salir de la megaurbe.

Conducir por Sudáfrica

Antes de salir de nuestro B&B, la propietaria nos dio un consejo: «conducid con precaución y no sobrepaséis el límite de velocidad. Los policías en Sudáfrica son muy corruptos y aprovechan cualquier excusa para dejarse sobornar. Si os paran, no cedáis al soborno y pedid que os pongan la multa». Por suerte, no tuvimos ningún encuentro con la policía, pero sí es verdad que durante el trayecto vimos varios agentes haciendo controles de velocidad.

Las autopistas en Sudáfrica están bastante bien. Están bien asfaltadas, tienen bastantes carriles (entre tres y cinco) y las áreas de servicio están genial: restaurantes, baños limpios, cajeros y aparcamiento con sombra. En la autopista que tomamos tuvimos que pagar cuatro peajes de 8,50; 40, 32 y 13 rands. En este trayecto pudimos pagar con tarjeta de crédito sin problema. Sin embargo, en el trayecto de vuelta la concesionaria de la autopista debía ser otra y no nos aceptaron ninguna tarjeta española, así que lo mejor es llevar suficientes rands encima por si acaso.

Área de servicio de Sudáfrica

Después de 235 km por la autopista N1, seguimos por la N11, que es una carretera convencional de un carril por sentido, durante 200 kilómetros más hasta Groblersburg, la puerta de salida de Sudáfrica. Varios consejos sobre este trayecto: la carretera está bastante bien asfaltada, aunque te puedes encontrar algún que otro bache y algún que otro trozo de rueda reventada en medio. El límite de velocidad puede ir de los 60 km/h a los 120 km/h, pero hay que ir con ojito porque os podéis encontrar con coches y camiones que van muy lentos.

Otro consejo es que, una vez hayáis salido de la autopista, repostéis gasolina y llenéis el depósito en Mokopane, una población bastante grande y animada a 25 km de la salida de la autopista. A partir de este punto apenas hay gasolineras y entre ellas puede haber muchos kilómetros de distancia. El último consejo: antes de repostar, preguntad primero cómo se puede pagar. Fuera de la autopista es muy raro que acepten tarjetas de crédito, así que os tocará pagar en efectivo. Nosotros paramos en la gasolinera y, al ir a pagar, nos dijeron que debía ser en efectivo y no nos llegaba. Por suerte, en la misma gasolinera había un cajero… ¡menos mal! Como dato informativo: pagamos 295 rands por 23 litros de gasolina.

Puesto fronterizo de Globersburg, Sudáfrica

Cruzar la frontera entre Sudáfrica y Botsuana en Groblersburg – Martin’s Drift.

Cuando cruzamos la frontera me habría gustado que alguien me hubiera explicado con detalles cómo sería el proceso. Así me hubiera ahorrado el disgusto de tener que dar marcha atrás en Botsuana para tener que volver a Sudáfrica a buscar el sello de salida. A continuación os lo explico con más detalle.

Una vez se llega al punto fronterizo de Groblersburg, los agentes os darán un papelito en la entrada que tenéis que llevar a la oficina de inmigración. Aparcáis el coche delante y os dirigís primero a «Customs», donde tenéis que ir a la ventanilla de «Nothing to declare» (nada que declarar). Una vez os han sellado el pasaporte y el papelito, tenéis que ir algo más a la izquierda donde están las ventanillas de «Inmigration». Allí os sellarán el pasaporte conforme habéis salido de Sudáfrica. Con el pasaporte sellado, os montáis en el coche para conducir unos metros hasta una caseta cubierta. Allí tenéis que enseñar los pasaportes y el conductor tiene que bajarse para que el oficial pueda inspeccionar que el coche tiene los papeles en regla para salir del país. Es muy importante que vuestra compañía de alquiler de coches os dé la documentación necesaria para poder sacar el coche del país.

Una vez todo está inspeccionado, subes al coche y conduces hasta pasar por otra garita (la última) y le dices adiós al policía de turno. Es entonces cuando estás en territorio de nadie y cruzas el puente del río Limpopo hasta el puesto fronterizo de Martin’s Drift en Botsuana.

Una vez delante de las oficinas, aparcáis y os dirigís a la oficina para el control de pasaportes. Vais a las primeras ventanillas que hay en el edificio (hay varias pero cuando fuimos nosotros solo había una persona atendiendo) y os darán un formulario que tenéis que rellenar con vuestros datos, matrícula del coche, días que vais a estar en el país, etc. Le entregáis el pasaporte y el formulario nuevamente a la funcionaria y os dará un libro en el que tenéis que registrar el coche (nombre del conductor, matrícula, modelo del coche y poco más) y allí os sellarán el pasaporte.

Frontera de Martin’s Drift, Botsuana

Luego vais hasta la ventanilla que está en el extremo izquierdo, la última antes de salir, donde pone «Cashier». Allí hay que pagar obligatoriamente un seguro a terceros para el coche de 50 pulas más el permiso de carreteras de 40 pulas y 50 pulas más de «Road Fund» (no sé que es). En total, 140 pulas que no teníamos. Por suerte, pudimos pagar en rands, concretamente 190.

Una vez pagado todo, te montas en el coche y te diriges a la salida. Allí te pedirán el papel conforme has pagado y el papelito que te dieron en «Customs» para salir. Teóricamente revisan el coche para ver que no entras fruta, carne ni otro tipo de producto prohibido. A nosotros simplemente nos preguntaron qué llevábamos en el maletero y al responder que solo eran maletas ni se molestaron en mirar. Una vez pasado este último trámite ya estás en Botsuana.

¿Pero qué nos ocurrió a nosotros? Pues que al pasar por Customs-Nothing en Groblersburg, nos fuimos al coche pensando que ya lo teníamos todo. Salimos de la frontera sin que nadie nos revisara el coche y nos plantamos en Botsuana. Sin embargo, al comenzar los trámites de entrada al país, la funcionaria se dio cuenta de que no teníamos el sello de salida de Sudáfrica y nos hizo volver.

Al volver a entrar a Sudáfrica los oficiales se quedaron un poco flipados y al decirles que no teníamos sello se pusieron a hacer cachondeo. La verdad es que todo el personal de la frontera es muy majo y en este sentido no hemos tenido ningún problema, a parte de irnos sin el pasaporte sellado.

Conducir por Botsuana 

Hay que ir con mucho cuidado al conducir por Botsuana. No hay autopistas, son carreteras convencionales de un carril por sentido, con una velocidad máxima de 120 km/h, y las carreteras están bastante bien pero no son perfectas, especialmente los primeros 50 kilómetros tras la frontera en Martin’s Drift, donde hay bastante baches. Además, hay vacas, burros y cabras a ambos lados de la carretera, y hay que ir con mucho cuidado porque cruzan sin avisar. Sobre todo las cabras que van cruzando la carretera en plan dominguero.

¡Domingueras!

En cuanto a las gasolineras en este tramo, es mejor repostar en Martin’s Drift una vez pasada la frontera (en las gasolineras hay cajeros para sacar pulas con las que pagar) si no lo habéis hecho en Mokopane, ya que hasta Palapye apenas hay un par de gasolineras en los 120 kilómetros que separan estas dos poblaciones.

Finalmente, tras nueve horas conduciendo, llegamos a Serowe, donde pasamos una noche en el Serowe Hotel, que está bastante bien para la zona. La habitación es sencilla pero tiene aire acondicionado y un baño limpio que ha sido reformado recientemente. Además, el hotel tiene una zona de aparcamiento cerrada y vigilada. Por último, tiene piscina, y nos tiramos de cabeza en ella nada más llegar, porque otra cosa no, pero durante el viaje pasamos bastante calor. ¡Suerte del aire acondicionado del coche!

Habitación del Serowe Hotel

Tras el baño en la piscina, fuimos hasta la zona comercial de Serowe para sacar dinero del cajero. Serowe no es una población muy grande, pero en la zona comercial hay diversas tiendas, un fast-food (Hungry Lion) y un supermercado Spar enorme.

Con pulas en los bolsillos, nos dirigimos al restaurante del hotel para comer/cenar. La carta no era muy extensa, así que al final decidimos comer pasta. Un consejo, solo pedid un plato por que las raciones son muy generosas.

Con la barriga llena, volvimos rodando a nuestra habitación para descansar. Al día siguiente saldríamos a explorar la zona de Serowe y Palapye.

Un bañito para reponerse del día de conducción

Datos de interés:
1. Gasolina: 295 rands por 23 litros de gasolina «Unleaded 93» (sin plomo) en Mokopane.
2. Peajes: de Johannesburgo a Mokopane: 8,50, 40, 32 y 13 rands
3. El horario de la frontera de Globersburg – Martin’s Drift es de 6 am a 10 pm.
4. Serowe Hotel: habitación doble, con baño y desayuno: 750 pulas.
Una mejor opción de alojamiento en la zona son los chalés que la comunidad de Moremi tiene en la zona de Moremi Gorge. 405 pulas el chalé doble (hay que llevar comida para cocinar).