Hoy empezamos una maratón de comidas y celebraciones navideñas que, en mi caso, va a durar casi dos semanas. El plato fuerte será la celebración de Nochebuena, Navidad y San Esteban. Aunque en Cataluña la Nochebuena no se celebra en todas las casas, en la mía lo celebramos todo.

Este año por cuarto año consecutivo me encargo de organizar la comida de Sant Esteve familiar, en la que el plato estrella son los canelones de carne. Tradicionalmente, los canelones se hacían como resultado de las sobras de carne de los días anteriores. Elaborar canelones para 12 personas no es tarea sencilla y por eso normalmente los preparo la semana anterior con la calma, ya que acabo preparando casi 100 canelones cada año. Así, ya que me pongo, tengo canelones congelados para una temporada. Pero tal vez os estéis preguntando: ¿cómo se hacen los canelones de carne? Pues estáis de suerte, ya que voy a compartir con vosotros mi receta súper secreta.

Canelons de Sant Esteve

Ingredientes para hacer canelones (para 100 canelones):
800 g de falda de ternera picada
2 pechugas de pollo picadas
2 hígados de pollo picados
800 g carne magra de cerdo picada
500 g de butifarra de cerdo
1 lata de foie gras La Piara
2 cebollas pequeñas
2 tomates pequeños
2 hojas de laurel
1 rama de canela
½ litro de caldo de pollo casero
5 paquetes de canelones (de 20 unidades cada uno)
3 bandejas de aluminio desechables de 18 unidades
6 bandejas de aluminio desechables de 6 unidades
Mantequilla
Bechamel
Queso rallado

Un poco tostadito el de la derecha, pero muy bien.

Preparación de los canelones de Sant Esteve:
En una olla grande para hacer asados ponemos un poco de aceite de oliva que cubra el fondo. Cuando esté caliente, añadimos la cebolla muy picada y la dejamos pochar a fuego lento. A continuación, añadimos los tomates triturados y removemos bien poco a poco.

Añadimos toda la carne picada y removemos bien hasta que empiece a estar la carne hecha. En ese punto, añadimos el caldo de pollo, la rama de canela y el laurel. Subimos el fuego a medio-fuerte hasta que se haya consumido un poco el caldo.

Bajamos el fuego al mínimo y tapamos la olla y la dejamos haciendo chup-chup unas dos, tres o cuatro horas hasta que se evapore todo el caldo. De vez en cuando iremos removiendo la carne para que no se enganche.

Una vez evaporado el caldo, retiramos la carne con una espátula con agujeros, para no coger el aceite y la ponemos en un bol muy grande. Allí añadimos la lata de foie gras y lo mezclamos bien. Para que la carne quede más fina, la trituramos un poco.
Con el aceite que ha sobrado de la carne, preparamos una bechamel que añadiremos a la masa de carne, ya triturada, para que la masa no quede tan seca.

Hervimos las láminas de los canelones de 20 en 20 con abundante agua hirviendo, en la que añadiremos sal y un chorro de aceite. Al poner las láminas hay que hacerlo una a una para que nos se enganchen y bajar el fuego para que no se rompan.

Luego vamos sacando las láminas de canelón y las enfriamos un poco con agua fría (para no quemarnos los dedos al montar el canelón).  Una vez sacadas de la olla, es importante extenderlas rápidamente sobre un paño seco y limpio porque, si no, pueden engancharse y romperse.

Untamos las bandejas donde colocaremos los canelones con mantequilla o aceite de oliva y vamos colocando los canelones una vez montados.

Normalmente suelo hacer los canelones el fin de semana antes y los congelo. Lo bueno de usar las bandejas desechables es que puedes descongelar las unidades que necesites y así te quedan unos cuantos para ir comiendo.

La bechamel siempre la hago momentos antes de comer. Al poner los canelones en el horno, tiene que estar precalentado a 200º y solo con la función de gratinar.

Hacer canelones es un poco entretenido, pero vale la pena mantener la tradición. Por desgracia, en mi casa no hay sitio para invitaros a todos, pero si compráis vuelos a Barcelona podéis degustar de unos canelones caseros en muchos restaurantes por Sant Esteve.

Los tostaditos también están buenos, y más crujientes.

¡Feliz Navidad a todos!