Roma Básica 2.0

A la mañana siguiente nos sirvieron el desayuno en la habitación porque el B&B no tenía comedor. Nos trajeron un carrito con un desayuno de los campeones, que ayudó a ponernos en marcha después de no haber dormido mucho.


Para ese día había reservado la visita a la Roma imperial. Empezamos cogiendo el autobús #70 hasta la Piazza Venezia. Allí fuimos a visitar la Colina capitolina, donde está el Capitolio, que era la ciudadela de la antigua Roma y cuya estructura actual fue diseñada por Miguel Ángel en el siglo XVI. Miguel Ángel también diseñó la plaza trapezoidal del Campidoglio. En la plaza está la entrada a los Museos Capitolinos, que tampoco visitamos, pero que también valen la pena. Detrás de la Piazza del Campidoglio se puede disfrutar de una vista gratuita del Foro Romano.

 

Foro Imperial

Tras disfrutar de las vistas del Foro Romano, bajamos las escalinatas hasta volver a la Piazza Venezia y el monumento a Víctor Manuel, o también conocida como la máquina de escribir, que es bastante horroroso entre medio de tanta maravilla antigua.

Justo a la derecha (mirando hacia el Colosseo) está el Foro Trajano. Trajano empezó a construir este foro en el año 107 y lo hizo para conmemorar la conquista de la Dacia (Rumanía). Lo que más destaca del Foro Trajano es la Columna de Trajano en cuyos relieves se explican las hazañas romanas de esa contienda.

Monumento tributo a la máquina de escribir. 

Bajando por la Via dei Fori Imperiali se llega al Colosseo, que es espectacular. Nosotros no lo visitamos, pero para quien lo tenga pensado, le recomiendo que compre las entradas o el tour guiado por Internet, porque la cola que se ahorrará bajo el solano será de agradecer. La anterior vez cogí la visita guiada y llegué tranquilamente 10 minutos antes de que comenzara sin tener que hacer colas ni nada.

Qué decir del Colosseo, pues que era como el Camp Nou de la época, tenía una capacidad de 55.000 espectadores, y fue construido en el 72 d.C. Sobre los acontecimientos que se celebraban allí, uno se puede hacer una buena idea viendo la película Gladiator. En frente del Colosseo está la entrada al Foro Romano y al Palatino.

El Colosseo

Una cosa que creo que no he explicado es que tuve un ojo avizor al elegir el fin de semana que fuimos a Roma, mira que habían días, pues tuve que elegir el fin de semana antes de la final de la Champions, que jugó el Barça. Para más inri, en los alrededores del Colosseo había stands de los patrocinadores de la final y, cómo no, la copa, con la que te podías hacer una foto después de una cola de más de una hora. Ese fin de semana había mucha gente, demasiada, era agobiante. Y el calor asfixiante tampoco ayudaba mucho.

Copa de la Champions, tres días más tarde fue para Barcelona.

Después de visitar el Colosseo bajamos andando por la Vía de San Gregorio hasta llegar al Circo Massimo, o la explanada que queda de él. Allí cogimos el autobús #87 hasta Argentina (entiéndase la plaza no el país) y allí el tranvía #8 hasta el Trastevere (un par de paradas).

Santa Maria in Trastevere 
Interior Santa Maria in Trastevere 

El Trastevere es una de las zonas con más encanto de la ciudad, y a mí personalmente me recuerda un poco al barrio del Born de Barcelona. Parece ser que el barrio, que era de clase obrera, estaba muy abandonado hasta que hace unos años la gente joven se empezó a mudar allí y a darle mucha vida. Ahora es un barrio bastante turístico y está lleno de restaurantes y cafés donde sentarse a comer tranquilamente. Lo que más destaca del barrio es la iglesia de Santa María in Trastevere. Es probablemente el primer templo cristiano de Roma fundado por el Papa Calixto I en el siglo III. Aunque la iglesia actual y sus mosaicos datan del XII. Lo que más me gusta de esta iglesia es que las columnas que hay alrededor de la nave principal son aprovechadas de templos romanos. Así que las columnas y los capiteles no son iguales.

Paseando por el Trastevere.

Después de visitar el Trastevere volvimos a coger el tranvía y el autobús #70 hasta la Iglesia de Santa Maria Maggiore, que es enorme. Mi padre casi sufrió el mal de Stendhal, porqué en cada iglesia que entraba alucinaba con que pudiera ser tan esplendorosa. En Santa Maria Maggiore caímos destrozados y nos quedamos sentados mientras un cura empezaba la misa en italiano. La verdad es que lo bueno de las iglesias es que te puedes sentar a descansar y se está fresquito.

Mi madre se quedó escuchando la misa y nosotros nos quedamos pululando por los alrededores. Al acabar la misa cogimos un taxi y nos fuimos al aeropuerto (40 euros). Roma es interminable y en una semana no te la acabas. Nosotros en dos días vimos bastante, pero acabamos medio muertos.


5 comentarios

  1. miriam 28 junio 2009
  2. Isabel 28 junio 2009
  3. Lidia Sanchez 29 junio 2009
  4. Victor 31 enero 2012

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