¡Nuevo relato del viaje a Botsuana! Tras nadar el día anterior en la Devil’s Pool de las cataratas Victoria, pasamos un día más en Zambia. Que ¿por qué? Pues para ver las cataratas Victoria desde el centro de visitantes y visitar el museo de Livingstone, nada menos.
El sonido de la naturaleza me despertó esa mañana y vi por la ventana que ya había amanecido. Con la calma, fuimos a desayunar. En el comedor estaba todo dispuesto para disfrutar de un desayuno épico. Las mesas estaban colocadas estratégicamente para comer ante una panorámica del río. Además de un bufet de frutas, panes y repostería, nos trajeron la carta con los platos que podíamos pedir y que te preparan al momento.
Luego, Isaac nos acompañó hasta la escuela. El Tongabezi Lodge es especial por muchas razones, pero una de las más destacables es que incluye una escuela gratuita fundada originalmente para los hijos del personal del hotel. Como ocurre en muchos hoteles alejados de los centros urbanos, la mayoría de empleados del hotel viven en un pueblo anexo creado para alojarlos. Y la escuela permite que sus hijos estén escolarizados hasta los X años y cerca de sus padres. Actualmente, esta escuela también acepta a los niños de los poblados cercanos, de modo que en el momento de nuestra visita había más de 240 niños y adolescentes. Una de las profesoras nos explicó cómo funciona todo y nos respondió todas las preguntas. Fue la esposa del director del hotel quien impulsó la creación de la escuela y, gracias al hotel y a los donativos de mucha gente, parece que la Tujatane School va a seguir formando a muchos niños y niñas.
La escuela Tujatane
Después fuimos a las cataratas Victoria, pero esta vez para verlas de frente. Por eso, entramos en un parque que resigue el precipicio que forma el río después del salto de agua y ofrece unas vistas impresionantes. Como en noviembre el río tiene un caudal bajo, pudimos ver las cataratas sin el vapor de agua que lo cubre todo en otras épocas del año. Después de caer por las cataratas Victoria, el río Zambezi serpentea por un cañón angosto que ha ido erosionando milenio tras milenio. En un punto del parque, se cruza un puente estrecho que cruza el río a mucha altura. Más allá, se ve el gran puente que cruza el segundo cañón más adelante y que separa Zambia de Zimbabue. En este puente se puede ver gente haciendo puenting.
A media mañana fuimos al Museo Livingstone. Se construyó originalmente para recordar explorador británico que da nombre a la población: David Livingstone, pero hoy en día, además de una exposición sobre su vida, que incluye numerosos objetos personales y cartas, también incluye salas sobre arqueología, etnografía y biología. De hecho, hay que atravesar estas para poder llegar a la sala sobre Livingstone. Tal vez sea una maniobra para que los visitantes que en principio solo quieren ver la exposición sobre el famoso explorador, también aprendan muchas cosas sobre Zambia.
Me pareció especialmente interesante la sección donde se explica la vida de los zambianos antes de la llegada de los colonizadores y el sistema de vida occidental. Entre ambos mundos hay un cartel muy grande donde se lee “And this is their world”, lo que deja un mensaje claro de que las tiendas, los coches, los edificios altos, todo eso que vino de fuera, es un mundo que de algún modo se ha impuesto sobre la vida aparentemente bucólica e idílica previa a las colonias. Es muy discutible, claro, pero es la idea que me pareció que quiere transmitir esta sección del museo. La sección donde se tratan levemente el tema de las prácticas de los sanadores y brujos tradicionales zambianos también me pareció muy interesante, aunque también algo escabrosa y sensacionalista. Finalmente, la exposición dedicada a David Livingstone explica toda su vida e incluye fotos, objetos personales y cartas del puño y letra del explorador, que pueden consultarse tranquilamente.
Haciendo kayak en las cataratas Victoria
La visita al museo nos hubiera gustado más, pero por desgracia, no supimos rechazar educadamente a un empleado del museo que se ofreció a hacernos una visita guiada por todas y cada una de las salas. En principio parecía una buena idea, pero al final, aunque el hombre se esmeraba, no aportaba casi nada que uno no pudiera leer en los textos de cada sala, su inglés costaba mucho de seguir y se nos hizo pesado tener que escucharlo todo explicado a su manera hasta el final.
En fin, después de esta última visita ya hicimos las maletas en el hotel, nos despedimos y regresamos a Botsuana. Durante el viaje de vuelta, teníamos la sensación de dejar atrás experiencias culminantes de este viaje, que ya empezaba a terminarse. Aun así, a la mañana siguiente nos esperaban una nueva aventuras: un safari por el parque nacional de Chobe. ¿Lograríamos ver a algún depredador?
No se pueden hacer fotos dentro del museo
Datos de interés:
1. Entrada a las cataratas Victoria: 20$
2. Entrada al Museo de Livingstone: 5$
3. Transporte del Tongabezi Lodge en Zambia al hotel Old House en Botsuana: 380 pulas por persona.
