Actividades de invierno en Kainuu, la región de los lagos de Finlandia

Atención a esta etapa del viaje a Finlandia de enero porque rebosa de emociones fuertes. Después de unos días en Helsinki, nos fuimos hacia el centro de Finlandia para conocer la región de los lagos, conocida como la Wild Taiga.

Quedaban unos minutos para que el avión de hélices aterrizara en el pequeño aeropuerto de Kajaani y, a vista de pájaro, el paisaje que se extendía al otro lado de la ventanilla era algo totalmente nuevo para mí: un paraje totalmente blanco, salpicado de pequeños puntos verdes y un sinfín de lagos congelados. El aparato se deslizó por una pista helada y, al bajar, el frío me golpeó la cara como si el Yeti me hubiera dado un bofetón. Estábamos a menos veinticinco grados, nunca antes había estado a una temperatura tan baja.

Aeropuerto Kaajani Finlandia

Kajaani es la capital de la región de Kainuu, tiene casi 40 000 habitantes y el núcleo urbano está bastante poblado, pero nosotros pasamos de largo. Nos dirigimos directamente al Vuokatti Husky Farm para hacer la primera actividad invernal de nuestro viaje: un safari en trineo tirado por huskies.

Safari trineo husky Finlandia Vuokaty

Bajamos del minibús y nos refugiamos rápidamente en el local, que era una casa de madera pintada de color gris azulón. Fuera había una gran hoguera humeante rodeada de troncos para sentarse ante el fuego, pero la temperatura no invitaba. En cambio, dentro nos esperaban con un té caliente y la chimenea encendida. Tras entrar en calor, nos llevaron a una sala para equiparnos para el safari. Ya llevaba puestas unas mallas térmicas, pantalones de esquiar, una camiseta térmica, un forro polar y un jersey de lana peruana debajo de la chaqueta de esquí, pero no era suficiente. Me dieron un sobretodo y unos guantes especiales. Toda ropa es poca cuando te vas a enfrentar a los elementos.

Safari trineo husky Finlandia Vuokaty

Atentos a las explicaciones

Fuera ya estaban preparados los trineos y los perros, que no paraban de ladrar porque estaban ansiosos por empezar a correr. Sabían que en breve saldrían a recorrer la taiga y movían las colas de un lado para otro, muy emocionados. Pero primero los instructores nos tenían que explicar cómo conducir un trineo. Para todos era la primera vez, así que escuchamos las indicaciones con mucha atención. Luego nos dividimos en equipos de dos, primero iba a conducir yo, mientras Nadine iba sentada como pasajera, y a medio camino debíamos cambiar las posiciones.

Safari trineo husky Finlandia Vuokaty

¡Preparados para la acción!

Me puse a los mandos del trineo sujetando la barra con fuerza, con los pies sobre los laterales del trineo, y esperé a que soltaran la cuerda que sujetaba a los perros. Cuando la dejaron caer, noté un fuerte tirón y empezamos a correr. Fue una sensación emocionante, de gran libertad, mientras los perros tiraban a toda velocidad del trineo y nos deslizábamos por la nieve. El aire helado golpeaba con fuerza los pocos centímetros cuadrados de mi cara que quedaban descubiertos, pero la exaltación del momento me impedía notar el frío.

Safari trineo husky Finlandia Vuokaty

Montar en un trineo tirado por huskies es toda una experiencia, pero no es tan fácil como parece. Extrañamente, una de las dificultades que tuvimos fue lograr frenar a los perros, porque el trineo dispone de freno, pero nosotras no pesábamos bastante para que los perros se dieran por aludidos cuando queríamos frenar. Esto comportó algún momento de fricción con los otros equipos, ya que, por seguridad, nos habían prohibido adelantar a los otros trineos y teníamos que circular en fila india. Aun así, todo acabó muy bien y, tras el paseo de seis kilómetros, nos tomamos un plato de sopa calentita.

Safari trineo husky Finlandia Vuokaty

El nuevo «fichaje»

Luego subimos al minibús para ir hasta Kuhmo, a 70 kilómetros de la frontera con Rusia, donde íbamos a pasar dos noches. Nos alojamos en el hotel Kalevala, un hotel de montaña situado al lado de unas pistas de esquí de fondo.

hotel Kalevala Kuhmo Finlandia

Salón preparado para la cena

Cuando me desperté a la mañana siguiente, aún no había amanecido y no se veía nada afuera, porque en enero, el sol no sale hasta pasadas las nueve de la mañana. Tomamos un buen desayuno, incluidos gofres caseros, y salimos al exterior para visitar el centro de animales carnívoros de Petola. Está a unos diez minutos caminando del hotel y allí se puede aprender mucho sobre los animales carnívoros de esa área como el oso, el lince, el lobo y el glotón. De hecho, esta zona de Finlandia es famosa por los safaris de observación de este tipo de fauna, que suelen hacerse en verano. El centro es un buen lugar para conocer un poco más estos animales, como los sonidos y las pisadas, y hasta se pueden tocar sus pieles.

Centro Carnivoros Petola Kuhmo Finlandia

Centro de carnivoros Petola

Una vez finalizada la visita didáctica, volvimos al hotel para enfundarnos los esquís y aprender a hacer esquí de fondo. Lo bueno del hotel Kalevala es que pone material de esquí (ropa, botas, palos y esquís) a disposición de los clientes gratuitamente. Igualmente, las pistas que hay delante del hotel se pueden usar sin coste alguno.

Curso Esqui Fondo Kuhmo Finlandia

Mapa con los recorridos de las pistas de esquí de fondo

Yo hace tiempo que renuncié al esquí alpino, porque el dolor de las caídas no me compensa la diversión de las bajadas, así que prefiero el esquí de fondo. El problema es que nunca había hecho una clase, así que, las pocas veces que he esquiado he recorrido pistas sencillas para no acabar con una pierna rota. Por eso, estaba ansiosa por hacer la clase de esquí de fondo. Nuestro instructor se llamaba Reki-Pertti y era un coronel del ejército finlandés ya retirado que en la actualidad dirige una escuela de esquí que ofrece clases y otras actividades en la nieve.

Curso Esqui Fondo Kuhmo Finlandia

Aprendiendo a esquiar

Con mano de hierro nos explicó los conceptos básicos del esquí de fondo, como el calentamiento antes de la práctica, aprender a frenar, a subir cuestas y varias maneras de impulsarnos sobre los esquís. Reconozco que no empecé con buen pie, porque primero me fui a la pista sin los palos y luego los perdí antes de llegar a la pista. Sin embargo, tras la clase de iniciación que hice en Finlandia por lo menos ya no soy una patata esquiando.

Curso Esqui Fondo Kuhmo Finlandia

En plena acción esquiadora

El ejercicio físico despertó el hambre, así que subimos una pequeña colina poniendo en práctica las técnicas para subir cuestas con los esquís puestos y vimos que había preparada una kota, que es una tienda de campaña abierta por el techo, parecida a las de los indios del Lejano Oeste, con una hoguera encendida. El bueno de Reki-Pertti nos preparó un tentempié y cocinamos unas salchichas pinchadas en un hierro al fuego. Para los vegetarianos, la salchicha se substituyó por un plátano que asaron con la cáscara, y que es un plato típico en las barbacoas finlandesas.

Curso Esqui Fondo Kuhmo Finlandia

Asando salchichas tras esquiar

Antes de despedirnos de Reki-Pertti, le pedimos por favor que nos diera un paseo en la motonieve por el lago congelado. Nunca antes nos habíamos montado en una motonieve y nos hacia especial ilusión, así que Reki-Pertti no dudó en complacernos. Nos montamos todos en el remolque de la motonieve y se puso a conducir a toda velocidad por el lago helado. Fue una vuelta corta, un pequeño rodeo para llevarnos hasta el hotel, pero fue muy divertido y emocionante.

Moto nieve Khumo Finlandia

¡A todo gas!

Y las emociones del día continuaron, porque esa tarde hicimos una de las actividades más locas que he hecho en mi vida (sin contar el baño en la Devil’s pool en las cataratas Victoria, que de momento se lleva la palma). Hicimos rafting con un vestido flotante en un río congelado.

Curso Esqui Fondo Kuhmo Finlandia

Para ello fuimos hasta la casa de Urpo Piirainen y Jari Kyllonen, que nos estaban esperando para vestirnos adecuadamente para la ocasión. Además de la ropa de nieve que llevaba, me dieron otro forro polar y me pusieron un vestido especial impermeable que parecía un traje de astronauta. También me dieron un gorro de neopreno y casco, y cuando ya estaba todo bien colocado y sin ninguna ranura por donde pudiera entrar agua, nos dirigimos caminando al río.

Floating Rapids Kuhmo Finlandia

Primero nos adentramos en una parte del río donde apenas había corriente para aprender a movernos con los trajes. Al entrar en el agua, el aire que había en el traje nos hacía flotar y empezamos a movernos por el agua boca arriba usando los brazos para avanzar. La sensación que tuve en ese momento, flotando en el agua, fue de calma y serenidad. Apenas se oía ningún ruido aparte del agua y la visión de la orilla nevada del rio y el contacto del agua con el traje me hacia sentir relajada.

Floating Rapids Kuhmo Finlandia

Pero el relax duró poco. Se acercaba el momento de la acción y fuimos andando hasta la zona de los rápidos del río. No nos lanzamos solos, sino que uno de los instructores nos guió en grupos de tres. Primero entró un instructor en el agua, se tendió sobre la superficie e indicó que entrara uno de nosotros y que también se estirara de modo que el instructor pudiera sujetarle por las piernas. La siguiente persona tenía que sujetar las piernas de la anterior persona con los brazos y así hasta hacer una cadena de cuatro personas. Cuando todos estábamos bien sujetos, el instructor se dejó ir de la orilla y nos condujo hasta los rápidos.

Floating Rapids Kuhmo Finlandia

En la kota delante del fuego para entrar en calor

Ir por el río navegando en un traje inflable fue una sensación increíble. Notabas cómo los rápidos te movían de un lado a otro mientras por el rabillo del ojo veías pasar los árboles nevados a cierta velocidad. Cuando terminamos el tramo de los rápidos nos sujetamos como pudimos a la orilla y salimos del agua, para luego volver caminando al punto de inicio y volver a repetir la experiencia.

Kuhmo Wild Taiga Finlandia

El paisaje nevado de Finlandia es una pasada…

Si os preguntáis si hacía frío en el agua, la verdad es que hacía más frío fuera que dentro. Pensad que la temperatura del agua suele ser de unos dos grados, pero en el exterior la temperatura era de -30. Así que, a los pocos segundos de salir del agua, empezabas a notar cómo el agua que quedaba en el traje se iba congelando y entonces era cuando realmente notabas el frío.

Para pasar más rápidamente ese trance, nos refugiamos en una kota con un buen fuego encendido en el centro y allí tomamos una bebida caliente.

Kuhmo Wild Taiga Finlandia

… y los animalicos que te encuentras también.

Lo que nadie de allí se esperaba era que tras lanzarnos en el río helado para hacer rafting, le pidiéramos a Reki-Pertti si podíamos ir a la sauna y bañarnos luego en el lago helado. En cuestión de momentos, ya estaba todo listo. Nos citamos en la recepción del hotel vestidas solamente con un bañador, unos calcetines, unas botas y un albornoz. La sauna portátil estaba sobre el lago, a unos 300 metros del hotel y a fuera, una temperatura de menos 30 grados nos aguardaba. Salimos corriendo desde el hotel y en cuestión de segundos recorrimos el camino nevado hasta la sauna. Dejamos el albornoz y las botas fuera y nos metimos en la sauna sin pestañear (y con los calcetines puestos). Esta sauna se calentaba con leña y el fuego iluminaba el pequeño habitáculo. Y allí estábamos las cuatro con Reki-Pertti, que se encargó en todo momento de nosotras. Tras cocernos al vapor durante unos 15 minutos a más de cien grados de temperatura, llegó el momento de enfrentarnos al lago helado. Con un par.

Kuhmo Wild Taiga Finlandia

El lago momentos antes de entrar en el agua

El lago estaba iluminado con velas y había una escalerita típica de piscina en el agujero que había en el hielo, como si de un jacuzzi se tratara. Reki-Pertti se introdujo primero en el lago y esperó a que fuéramos entrando. Nos acercamos hasta el agujero en el hielo con los calcetines puestos para no helarnos los pies y una a una fuimos entrando y saliendo del agua por turnos. Lo peor no fue entrar en el agua, lo peor fue salir, porque cuando se tiene la piel mojada a menos 30 grados, a los pocos segundos empiezas a notar como la piel y los pelillos de los brazos se empiezan a congelar. Una sensación muy poco agradable.

Sauna lago helado kuhmo Finlandia

Je, je… ¡no hay para tanto! ¬_¬

Y como sarna con gusto no pica (pero mortifica), volvimos corriendo a entrar a la sauna (con calcetines y gorro incluido), para después repetir el baño en el agujero del lago. Fue una locura colectiva.

La verdad es que se sale de la sauna con tal temperatura corporal que se tardan unos segundos en empezar a notar el frío glacial del exterior. Eso sí, al entrar en el agua chocas con la cruda realidad en un instante. Un consejo: si os metéis en un lago helado después de pasar por una sauna, nunca sumerjáis la cabeza, ya que se pueden sufrir mareos y desmayos. Al salir del segundo baño en el lago, volvimos corriendo hasta el hotel antes de que se nos congelaran las ideas y nos refugiamos en el jacuzzi.

hotel Kalevala Kuhmo Finlandia menu

Con tanta actividad las cenas entraban la mar de bien

Una relajante sauna de barro más tarde, bajamos a cenar. Esa noche tuvimos un menú especial en el hotel y pudimos probar platos deliciosos típicos de la zona. Fue el colofón final para uno de los mejores días del viaje a Finlandia.

3 comentarios

  1. José Manuel Beltrán 10 marzo 2014
  2. Míriam 10 marzo 2014
  3. José Carlos DS 12 marzo 2014

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