Día 1: San Sebastián por Gloria

Parecía que la lluvia y el clima de San Sebastián se hubieran instalado en Barcelona mientras esperábamos el tren en la estación de Sants. Aun así, según las previsiones meteorológicas, todo indicaba que íbamos a traer el sol a tierras donostiarras.Para ir de Barcelona a San Sebastián en ferrocarril se debe coger el tren con destino Irún. Tiene parada en Tarragona, Lleida, Zaragoza, Tudela, Pamplona, Tolosa y San Sebastián.

Es un tren modelo Alvia, con asientos amplios, auriculares para escuchar radio y ver la película del viaje. Además, cuenta con un vagón-cafetería. He de decir que el tren iba más lento de lo normal, cosa que provocó un retraso de 45 minutos. A la llegada, nos devolvieron el 25% del precio del billete (aunque se puede reclamar en un plazo de dos meses).

El trayecto fue ameno, con paisajes variopintos según la zona geográfica por donde pasábamos. Después de pasar por Pamplona, comienza a verse zonas de tonos verdosos y, a lo lejos, la cordillera del Cantábrico. Por otro lado, fue la parte más pesada porque era el último tramo y sabíamos que llegábamos con casi una hora de retraso. Es un trayecto de 5h 25min que se hizo de 6h 15min.

Al llegar, hicimos la reclamación como otros viajeros. De camino al hostal, en el barrio de Gros, detrás del Kursaal, se puede ver el legado burgués de Donostia con edificios que son casi palacios de estilo afrancesado.

Sorprende en San Sebastián la poca presencia de hoteles pero, en cambio, hay pensiones y hostales que actúan como hoteles de tres estrellas. Si vais con un presupuesto low-cost, es más que recomendable reservar habitación en una pensión. Nuestra elección fue la Pensión Kursaal que se puede reservar en Destinia.com, y como indica el nombre, está justo al lado del Palacio de Congresos. Está ubicado en la primera planta del edificio y el ascensor es de museo. En una puerta del rellano hay la recepción y habitaciones, y en la otra puerta, el resto de habitaciones. Su página web no le hace justicia, porque está renovado desde hace año y medio. Suelos de parket, iluminación automática, decoración con estilo y la habitación no engaña: amplia, con una gran ventana con pequeño balcón, armario, caja fuerte, TV, wifi y la cama cómoda. El baño sigue la misma línea con ducha y amenities como secador profesional, gel y champú líquido en sobres y jabón de mano.

La chica de recepción nos comentó que hay la posibilidad de desayunar en la pensión por 4€ y te lo traen en la habitación a la hora que hayas acordado el día antes. Incluye: café, Colacao o té, zumo, magdalenas y tostadas con mantequilla y mermelada. Dejamos las maletas y fuimos a buscar un sitio para cenar.

Entonces recordamos que mientras íbamos buscando la pensión, habíamos pasado por un lugar de pintxos lleno de gente que estaba justo a una calle de nuestro alojamiento, así que decidimos ir a hacer una prospección. La Bodega Donostiarra está abierta desde 1928. Por aquí han pasado celebridades vascas como Josu Jon Imaz o Martín Berasategui, entre otros.

Estaba lleno de gente tanto de pie como sentada. Pensaba que íbamos a tener que buscar otro sitio, pero mi compañero me indicó mediante señas que al final había un hueco libre en la barra. El local estaba renovado y bien decorado, y a rebosar de donostiarras disfrutando del inicio del fin de semana.

Nos atendió el jefe, un chico joven muy atento y educado. Le comentamos que no sabíamos muy bien cómo iba el tema de los pintxos. Él nos dijo que mirásemos los pintxos calientes de una pizarra, ya que no los tienen expuestos en la barra, pero nos avisó que los dos pintxos famosos del local eran el “completo” (mini bocadillo de bonito, anchoa y guindilla) y el de “tortilla de patata” (tortilla generosa, fina, frita por fuera y poco hecha por dentro). Pedimos los dos pintxos famosos y estaban deliciosos. Yo ya tenía el estómago lleno, pero mi compañero insistió en pedir otra para compartir. Nos decantamos por una de ensaladilla y un pintxo de huevo de gamba (gamba pelada, medio huevo duro y mayonesa). Tuvo que ayudarme a dejar el plato limpio, pero estaba todo muy bueno. Sumado a una caña y una agua, la cuenta subió a 15€.

Nos quedamos sorprendidos por el precio, porque comer a buen precio es rara avis hoy en día. Al pedirle una tarjeta del local, el dueño nos regaló un escarchador de txakoli de regalo. Da gusto que te traten así de bien justo al llegar una ciudad. ¡El viaje prometía, y mucho! Para bajar un poco la cena, fuimos a dar una vuelta por el barrio de Gros.

Datos de interés:
Más información sobre la ciudad en TURISMO DE SAN SEBASTIÁN.
RENFE: Billete ida/vuelta Barcelona-San Sebastián clase turista: 125,8€
PENSIÓN KURSAAL
. Hab. doble interior: 63€/habitación. Calle Peña y Goñi 2, 1.º.
BODEGA DONOSTIARRA
: 1 caña 2,10€, 1 agua 1,30€, 2 minis completos 5,5€, 2 pintxos ensaladilla 4,5€, 1 pintxo barra 1,80€. Total: 15,20€. Peña y Goñi, 13. MINI

VOCABULARIO “PARA QUEDAR BIEN”
Agur: adiós
Eskarrik asko (escárrikásko): gracias
Un zurito: vaso pequeño de cerveza. (Digo yo que si hay que hacer ruta de pintxos no nos pediremos en cada sitio una cerveza entera porque podéis imaginar lo contentos que acabaréis). ^^

7 comentarios

  1. Anonymous 10 agosto 2011
  2. memoriadepez 10 agosto 2011
  3. Glorien 10 agosto 2011
  4. victor 13 agosto 2011
  5. mabel 19 mayo 2013
  6. ignacio 31 enero 2017
  7. Beatriz Eugenia Vallejo 2 julio 2021

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