Una de las actividades únicas que pueden hacerse en Argentina es visitar la isla Martillo o hacer una excursión a la pingüinera en Ushuaia. La visita guiada con PiraTours es la única que te permite pisar la isla, caminar entre pingüinos en Ushuaia y tenerlos a solo tres metros de distancia. Una experiencia absolutamente inolvidable.
Estancia Harberton
Teníamos reservada la visita a las 14:15. Nos reunimos con el resto de viajeros en la caseta del puerto de PiraTour y al cabo de unos momentos subimos al autocar. Éramos unos 36 turistas. El autocar emprendió la marcha por la carretera que va al este, en dirección a la histórica estancia Harberton, la primera parada de la visita, antes de subir a una lancha para llegar a la isla Martillo, la isla de los pingüinos.
Estancia Harberton cerca de Ushuaia
Por el camino, Agustín, que era uno de los guías, nos fue contando detalles interesantes de Ushuaia y de los lugares por donde íbamos pasando. Por ejemplo, nos contó que el canal Beagle, esa franja de océano frente a Ushuaia donde se encuentra la isla, se llamaba originalmente «Onashaga» (canal de los onas). El canal se llama Beagle por el nombre del barco de Fitz Roy, que fue el inglés que descubrió el canal en 1830. Cuando cruzamos el río Olivia, Agustín nos explicó que la mayoría de valles de esta zona tienen forma de «u» porque hace diez mil años estaban ocupados por grandes glaciares de mil metros de altura que fueron erosionando la roca a su alrededor. La desaparición de los glaciares dejó una vegetación exclusiva de la Tierra del Fuego llamada los «turbales». El nombre se deriva de la turba, la planta predominante en este paisaje, que es una especie de masa de materia vegetal semidescompuesta y de color rojizo que absorbe muy bien el agua.
Alguna de las piezas del museo Acatushún
Al cabo de una hora y media, llegamos a la estancia Harberton. Esta estancia o enorme hacienda engloba la isla de los pingüinos y otras del canal Beagle y fue fundada por Thomas Bridges, un predicador anglicano que se estableció aquí en 1886 y se dedicó a criar ganado. Su tataranieto, Thomas Goodall, hoy en día ya no se dedica a la ganadería, sino al turismo, y por eso permite las visitas a la isla Martillo, que es el nombre real de la isla de los pingüinos. La propia estancia es en la actualidad un monumento histórico nacional y alberga un pequeño museo sobre la fauna marina austral.
Isla Martillo
Al llegar a la estancia, el grupo se dividió en dos. Unos fueron en primer lugar con Agustín a ver la isla mientras el otro hacíamos la visita al museo junto con Leo, otro de los guías. Después, el grupo que ya había visto la isla visitaría el museo mientras el otro visitaba la isla.
El museo Acatushún fue idea de Natalie Goodall, esposa del actual propietario de la estancia. Esta bióloga se percató que en esta zona varaban muchos cadáveres de cetáceos arrastrados por las corrientes y empezó a coleccionar los esqueletos para estudiarlos. Hoy en día, el museo donde pueden observarse muchos de estos esqueletos es además un centro de investigación biológica. Y con la visita guiada por el museo aprendimos muchos detalles sobre los delfines, las ballenas y las marsopas, y también sobre los leones marinos. Fue muy interesante.
Pingüinos Magallánicos
Al cabo de una hora, cuando ya había vuelto el primer grupo, el segundo grupo embarcamos en la lancha y fuimos a la isla de los pingüinos. Esta isla es una reserva biológica muy controlada, por lo que solo se permite la visita de 80 personas al día, en grupos de 20 personas como máximo cada vez. Y cada grupo solo puede estar en la isla durante una hora.
Tras un breve trayecto en lancha, desembarcamos en la isla, donde vimos a cientos de pingüinos Magallánicos a lo largo de la costa. Además, tuvimos mucha suerte porque a unos quince metros había tres pingüinos Rey, muy elegantes, tomando el sol. Estos pingüinos no suelen visitar esta isla, pero ahí estaban. Antes de acercarnos, Leo, nuestro guía, nos recordó las normas de la visita: en primer lugar, andar poco a poco y sin separarse mucho del grupo. Segundo, no hacer mucho ruido. Tercero, no acercarse a menos de tres o cuatro metros de los pingüinos. Cuarto, no traspasar los límites señalados con unos troncos en el suelo. Estos troncos delimitan la zona donde los pingüinos hacen sus nidos, así que está protegida para que nadie pueda molestarlos o romper sus huevos por accidente. Por último, uno no debe dejar nada en la isla ni llevarse nada. Si no se siguieran estas normas, los pingüinos dejarían de acudir a la isla a anidar, así que son muy importantes.
Fue realmente espectacular contemplar a los pingüinos Rey desde tan cerca. Teníamos la impresión de ser fotógrafos de National Geographic. Y son bellísimos. Con sus picos negros y anaranjados, su panza blanca y su lomo oscuro. Y cómo andan. Fue un momento mágico.
Después fuimos a ver de cerca a los pingüinos Magallánicos, entre los que también había bastantes pingüinos Papúa, con su característico pico rojo. La colonia de pingüinos Papúa es única en toda América del Sur. Muchos estaban tendidos en la playa y otros estaban de pie, con su «traje de frac» negro y blanco, vigilando los alrededores, o yendo de aquí a allá con sus andares tan graciosos.
Pingüino Papúa
Al cabo de un rato nos internamos en la isla y vimos la zona de los nidos, de los que hay unos mil. Según nos fue contando Leo, los pingüinos Magallánicos ponen huevos solo una vez al año y la temporada de anidación en la isla es de octubre a abril. Primero llegan los machos a finales de septiembre y se encargan de preparar el nido o aprovechan el del año pasado. Para ello excavan una pequeña madriguera en la tierra. Unos días más tarde llegan las hembras, que se aparean con el mismo macho año tras año. Entonces ponen dos huevos y los incuban durante unos treinta días.
Pingüinos Papúa incubando los huevos
Por su parte, la colonia de pingüinos Papúa es mucho más pequeña, solo hay dieciséis parejas. Hacen un nido usando piedrecitas y restos de conchas marinas en el punto central de la isla. Por eso está prohibido llevarse cualquier objeto de allí. El periodo de gestación es de 45 días. Curiosamente, en medio de estos se alzaba un cuarto pingüino Rey despistadísimo que debía creer ser un pingüino Papúa o algo porque allí no pintaba nada. De hecho, mientras estuvimos allí vimos a un pingüino Papúa pelearse un poco con el Rey. ¿Qué hacía ese intruso entre los nidos? Nadie lo sabía.
Pingüinos Rey tomando el sol
Otra curiosidad fue que, en una escalera de madera que conduce a una parte más alta de la isla, se alzaba un pingüino Magallánico como si estuviera defendiendo el paso. Fue un momento algo peliagudo. El guía se adelantó y con su presencia y algo de paciencia logró forzar al pingüino para que se apartara sin tocarlo ni asustarlo. Entonces descubrimos que había una madriguera justo debajo de uno de los peldaños de la escalera, donde un pingüino estaba defendiendo sus huevos.
Poco después volvimos a la lancha y nos marchamos. La hora en la isla se nos había pasado volando. Sin embargo, nos sentíamos muy contentos de haber podido contemplar a estas aves tan curiosas desde tan cerca. Fue una sensación única y privilegiada que recomendamos a todo el mundo. ¡No os vayáis de Ushuaia sin haber vivido esta experiencia!
Datos de interés
La única empresa que tiene concesión para atracar en la isla Martillo y caminar entre pingüinos es PiraTour. El precio de la actividad es de 110$ más 20$ de entrada en la estancia Harberton. Tiene dos salidas diarias: a las 8h y a las 14:30h. Al tener un cupo limitado (40 personas), es recomendable reservar con antelación.
Ara mateix em feu molta enveja! M’encanten els pingüins! A sobre heu pogut veure pingüins rei, els meus preferits 😀
Síii!!! Hem tingut molta sort perquè no havien d’estar allà. Però mira, hi havien 4 súper monos! 😀
El valor es en dolares no?
Hola Susana,
Sí, son dórales.
Un saludo,
Hola , muy interesante loq ue has contado.
pero si puedes decirme en que época fuiste , nosotros vamos la primera semana de Noviembre y no se si sera época de anidación o no. También si la excursión de navegación por el canal de Beagle es a la vez que la pinguinera o es en dias distintos y diferentes excursiones.
Gracias
Alicia
Hola Alicia estuvimos a principios de diciembre y son excursiones diferentes. A la pingüinera fuimos en autocar, y una vez en el rancho tomamos un bote a la isla donde estaban los pingüinos.
Un saludo,
Muchas gracias Isabel , estoy mirando reservar las dos excursiones y realizar el viaje con la agencia argentina «Fuera de ruta» , es muy barata en comparación con las demás ( a veces hasta casi la mitad de precio) ¿sabeis algo de esa agencia? ¿ Conoceis a alguien que haya ido con ella?
Gracias
Alicia
Hola Alicia,
No conocemos esa agencia. Lo que mira bien por que había algunas agencias que ofrecían ir a la pingüinera pero no bajar a la isla. Osea, que se veía los pingüinos desde el barco. Diría que PiraTours eran los únicos que tenían la concesión para bajar a la isla y caminar por ella.
Un saludo,
me gustaria ir en marzo se pueden ver pinguinos hay hotels cerca viajo solo
Hola Luis,
La estancia Harberton, donde se ubica isla Martillo, tiene opción de alojamiento y puedes contratar la excursión a la pingüinera con ellos también.
Nosotros viajamos en diciembre y vimos los pinguïnos, no sé si en marzo siguen en la isla…
Un saludo,