El Perito Moreno es la atracción turística principal de Argentina. Aunque se halla en la Patagonia, una región muy al sur de la capital donde llegan los vuelos internacionales, la mayoría de turistas coincide en que una visita completa a Argentina tiene que pasar por ver este glaciar tan famoso. De hecho, es Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1981. Pero, ¿realmente vale la pena? Pues sí, básicamente porque es una maravilla natural muy espectacular y uno de los glaciares más accesibles del mundo.
La visita al Perito Moreno tiene tres vertientes posibles: verlo desde el mirador, verlo de cerca a bordo de un barco o verlo muy de cerca en una excursión de trekking por el hielo. Cada una de estas opciones es más cara que la anterior, así que normalmente hay que elegir una u otra según el presupuesto. En nuestro caso, habíamos planificado una ruta bastante intensa por Argentina, así que al final decidimos verlo en barco y luego ir a las pasarelas del mirador. Sin embargo, en retrospectiva creo que habría sido mejor hacer la excursión por encima del glaciar y luego ir al mirador. El motivo es que caminar por un glaciar es algo que solo puede hacerse aquí y en muy pocos otros lugares del planeta, por lo que es más especial, y ofrece una perspectiva que no se obtiene en barco ni en el mirador. Pero bueno, vamos a ver cómo fue la visita.
Entramos en el parque nacional Los glaciares temprano por la mañana con el coche y fuimos hasta el pequeño muelle de Bajo las sombras desde donde salía el barco. Teníamos los billetes que habíamos comprado a la agencia Hielo y aventura por 250 pesos en su oficina en El Calafate. Esta agencia organiza salidas cada hora de 10 a 16 horas, y también organiza la excursión por encima del glaciar. La chica que nos atendió nos comentó amablemente que, si más tarde nos animábamos a hacer el minitrekking (solo 2 horas), como también incluye la navegación por el lago Brazo Rico, podíamos hacerlo pagando la diferencia. Sin embargo, al final no caímos en la tentación y seguimos el plan previsto.
Entregamos los billetes en la taquilla y subimos al barquito con un montón de turistas más. Poco después, el barco zarpó y, al rodear un peñón rocoso del lago Brazo Rico, la cara este del Perito Moreno se hizo visible en toda su azulada blancura. Mientras nos acercábamos, veíamos varios témpanos de hielo que se habían desprendido del glaciar. Finalmente, llegamos ante la pared misma del Perito Moreno y salimos a la cubierta para verlo mejor a pesar del viento helado que soplaba.
Todo el mundo se hacía fotos sin parar. El barco se detuvo un rato y se notaba en el ambiente las ganas de ver cómo un témpano se desprendía y caía sonoramente al agua. ¿Tendríamos la suerte de verlo en directo? Se oía crujir el hielo como si el mismo glaciar rugiera por lo bajo. De repente, se escuchó un crujido más fuerte y ¡buuum! «¡Mira Isabel! ¡Allí, allí!» Un buen pedazo de hielo se desplomó ante nuestros ojos. «¡Ooooooh!» gritamos los turistas embelesados por el espectáculo. Más tarde, el barco navegó lentamente hasta el otro extremo del glaciar. Y todo el mundo seguía a la expectativa para ver si se desprendían más témpanos.
Al cabo de una hora, el barco nos dejó de nuevo en el muelle de inicio. Nos subimos al coche y recorrimos los 6 km de carretera para llegar al mirador. Nada más entrar, empezó a caer una fina aguanieve, pero seguimos adelante y bajamos por las pasarelas hasta la zona más baja de la parte oeste. Desde allí, la perspectiva del glaciar era muy diferente. Una cosa es ver las paredes del glaciar, pero al estar a mucha más altura que en el barco, aquí podía verse la parte superior del glaciar.
Y resulta sobrecogedor contemplar la acumulación de hielo que se extiende hasta el horizonte entre las montañas. Hielo, hielo y más hielo. Como si fuera una muchedumbre de gigantes blancos que hicieran cola esperando su turno para llegar al lago, desprenderse y caer. Más tarde se despejó el cielo y fuimos hasta el otro extremo de las pasarelas para contemplar la cara norte del glaciar, la que da al Canal de los Témpanos que desemboca en el lago Argentino. Se seguía oyendo el crujir del hielo, pero esta vez no vimos caer más pedazos de hielo.
Durante nuestra visita, la cabeza del glaciar Perito Moreno tocaba la punta de la península Magallanes donde está el mirador, de modo que cortaba el Brazo Rico y el Canal de los Témpanos que se encuentran aquí. Como nos contaron el día de la excursión al glaciar Upsala, aunque se vean caer tantos témpanos del Perito Moreno, este glaciar no reduce su extensión porque en la cola se siguen formando grandes masas de hielo que compensan las que se deshacen en la cabeza.
Por otro lado, mucha gente se pregunta de dónde proviene el nombre de este glaciar. La explicación es que recibió el nombre en honor del señor Francisco Moreno que, además de ser director del museo de la Sociedad Científica Argentina, era conocido como el perito Moreno por ser perito de límites de profesión.
Aunque nos hubieramos quedado allí infinitamente tocaba marcharse. Teníamos que tomar un vuelo, así que fuimos con el coche hasta el aeropuerto de El Calafate. Próxima parada: ¡Las maravillas andinas de Jujuy!
Datos de interés
Entrada al parque nacional de los Glaciares: 260 pesos
Navegación por el brazo Rico: 250 pesos
Una de las razones por las que quiero visitar Argentina es precisamente por el Perito Moreno. Qué maravilla!!
Bonjour, je sais que ca fait longtemps que vous etes partie a Perito Moreno. Je voudrais savoir quelle est la meilleure saison pour y aller ? Est ce qu’il fait plus froid en juin ou ce sera pareil qu’en Janvier.
Merci je vis a Buenos Aires, du coup j’ai fait un blog egalement ou je relate de tout en Argentine.
Bonjour Thomas: Tu est chanceux d’habiter en Argentine, c’est un pays de paysages magnifiques! L’été austral est la meilleure saison pour visiter le Perito Moreno. Je crois qu’il va te plaisir beaucoup!