Una mañana en Bruselas

Este es el último relato del viaje a Flandes que hicimos en el verano de 2013. Después de visitar Gante, Amberes y Brujas, dejamos para el último día la capital de Bélgica. De esta ciudad esperábamos muy poco, pero nos sorprendió muy positivamente.

bruselas-grand-place

Vamos a ser sinceros, antes de viajar a Flandes, lo que menos nos apetecía era visitar Bruselas. Por algún motivo, teníamos en la cabeza la idea preconcebida de que no es más que la capital de la Unión Europea y pensamos que solo sería una ciudad gris llena de edificios de oficinas de hormigón sin ninguna gracia, además del inevitable puerto de entrada y salida al país. ¡Pero no!

Descubriendo el centro de Bruselas

La primera sorpresa agradable de ese día fue que la estación de tren Bruselas Central está en pleno centro de la ciudad y, como es una de las estaciones principales, tiene muchos servicios, entre ellos el alquiler de taquillas. Así que dejamos nuestro equipaje allí para poder recorrer la ciudad sin cargas. Nada más salir de la estación nos dirigimos a la cercana oficina de turismo de Bruselas situada en la calle GrassMarkt y nos hicimos con unos planos para no perdernos ningún detalle del centro.

bruselas-grand-place

La segunda parada fue la Grand-Place o Grote Markt (en flamenco) y allí cambió radicalmente nuestra opinión preconcebida de la ciudad. Esta plaza nos pareció preciosa. Los edificios impresionantes que la componen tiene tantos detalles que es difícil centrar la mirada en un solo punto y no paras de mirar alrededor. Al verla, cuesta hacerse la idea de que fue reconstruida casi totalmente a finales del siglo XVII tras ser destruida en un bombardeo francés. Está presidida por el Hotel de Ville, que es el ayuntamiento de la ciudad y uno de los edificios más bonitos, y a los lados se alzan los míticos edificios gremiales tan singulares de Flandes. La Grand-Place parece un libro de historia de la arquitectura, porque incluye edificios de estilo gótico, barroco, neoclásico y neogótico.

Si la Grand Place es el centro neurálgico de la Bruselas clásica, el Manneken Pis es sin duda el símbolo más famoso de la ciudad. El niño meón es una pequeña estatua de bronce, de unos 60 centímetros, situada en una fuente que deja ir un chorrito de agua, y ya podéis imaginar por dónde. Esta figura data del siglo XV, pero la escultura original fue robada y se instaló una nueva en 1618. Es tan popular que hasta tiene una colección de más de seiscientos trajes con los que la visten en fechas señaladas. Es tan famosa que ha tenido un par de variaciones extras en la ciudad, como la Jeanneke Pis, la niña meona, o hasta incluso el Zinneke Pis, el perro meón (aunque este último es solo estatua y no fuente).

nino-meon-bruselas

Tras pasear por el centro histórico de la ciudad nos trasladamos hasta las cercanas Galerías Reales Saint Hubert, las más antiguas de Europa. Una obra de arte arquitectónica de doscientos metros de largo, cubierta con una cristalera que deja entrar mucha luz. En la actualidad, el interior incluye varias tiendas, chocolaterías-boutique y también la cafetería Mokafé, famosa por sus gofres.

mokafe-bruselas

Al igual que el chocolate, la cerveza y las patatas fritas, el gofre es uno de los platos típicos de Bruselas. Eso sí, los belgas los toman únicamente con azúcar glas espolvoreado por encima. Cuantos más añadidos se les pone, menos auténtico es. Sin embargo, en el Mokafé te daban la opción de añadir más ingredientes y nosotras no nos pudimos resistir a comer un gofre con fresas y nata. ¡Estaba buenísimo!

Bruselas de cómic

¿Os suenan Tintín, Lucky Luke o los Pitufos? Todos estos personajes de cómic salieron de la plumilla y el tintero de autores belgas. Bruselas es un regocijo para todos los aficionados al mundo de la ilustración o para los que simplemente quieran disfrutar de los personajes que han leído en los cómics. A través de cuarenta murales, la mayoría de ellos en edificios del centro histórico, podemos descubrir la historia del cómic en la ciudad.

Para seguir la ruta podéis pedir un mapa en la oficina de turismo de la ciudad o en la web Flandes.net. También podéis dejaros sorprender por los murales cuando menos os lo esperéis. No tuvimos tiempo de ir al Museo del cómic de la ciudad ni al MOOF, el Museo de las figuritas de cómic, así que nos lo reservamos para la próxima visita.

Bruselas-portada

Cata y taller de chocolate

Nuestra visita a Bruselas fue un poco breve porque antes de volver a casa decidimos dedicar parte del tiempo a hacer un taller de bombones y una cata de chocolate con el maestro chocolatero Laurent Gerbaud.

taller-bombones-bruselas

Laurent Gerbaud lleva más de once años dedicado a fusionar los sabores del chocolate, los frutos secos y las especias para crear bombones excepcionales. Durante el taller conectamos muy bien con él porque es una persona a la que también le apasiona viajar y durante sus viajes le gusta descubrir nuevos productos y sabores para elaborar nuevos bombones. Nos explicó que vivió unos años en China y que allí descubrió sabores y especias que marcaron su trayectoria como maestro chocolatero.

taller-bombones-bruselas

Entramos en su taller vestidos con unas batas y unos gorros higiénicos y nos explicó como se trabaja el chocolate. Una máquina mantiene el chocolate líquido a 29 o 43 ºC, dependiendo del tipo que sea. Nos explicó cómo debíamos poner el chocolate en los moldes para darles formas y acto seguido nos dejó hacerlo a nosotros mismos. Parecía muy fácil, pero mantener el molde con una mano y distribuir el chorro de chocolate con una espátula en la otra mano nos costó un poco. De hecho, en mi primer intento acabé con medio brazo bañado en chocolate.

Tras poner el chocolate en los moldes llegó el momento de decorar los bombones. Teníamos disponibles una variedad de ingredientes, como cáscara de cacao, jengibre confitado (mi favorito), nueces, anacardos, pasas, etc… El límite era más bien nuestra creatividad.  Una vez hubimos decorado los bombones, los dejamos enfriar mientras pasábamos a la segunda parte del taller: la cata de chocolate.

cata-bombones-bruselas

Esta es sin duda una de las mejores catas que he hecho nunca porque el dulce, y el chocolate en particular, me encanta. Nunca antes me había detenido a degustarlo para descubrir diversos matices. Empezamos catando un chocolate de una calidad media, luego uno de una calidad superior, más tarde pasamos a probar chocolate con diferentes frutos y pudimos comprobar que realmente realzan el sabor. La última parte fue la más significativa: catamos una pieza de chocolate de muy buena calidad y acto seguido probamos de nuevo el primer chocolate de calidad media. La diferencia de sabor era abismal. Nos lo pasamos genial durante el taller de chocolate y es una actividad tanto para hacer con amigos como para hacerlo con niños. Os lo recomendamos 100%.

taller-bombones-bruselas

Nuestras creaciones listas para llevar

Esta fue la guinda final a la escapada de cuatro días a Flandes. Sabemos que nos dejamos pendientes muchas cosas: como visitar Malinas, Lovaina, explorar más a fondo Bruselas… pero estamos seguros que pronto volveremos.

Bruselas-comic

Para más información para organizar un viaje a Flandes y Bruselas, no dejéis de visitar la web Flandes.net y la web de Turismo de Bruselas.

3 comentarios

  1. Mari Carmen 25 septiembre 2014
  2. Bélgica Turismo (Bruselas - Valonia) 21 octubre 2014
  3. Esteban 14 noviembre 2014

Deja un comentario

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Isabel Romano
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam y gestión de comentarios.
  • Legitimación: Tu consentimiento.
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: iromano.diario @ gmail .com
  • Información adicional: Más información en nuestra política de privacidad

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.